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El panel de expertos del gobierno chileno colmó el vaso con un alza en el metro, el más costoso de toda la región latinoamericana. Fueron la dignidad y la fuerza de les estudiantes secundaries las que se impusieron nuevamente para multiplicar las evasiones que encendieron la mecha de la que hoy es la mayor revuelta social de la historia contemporánea de Chile. Ante les jóvenes que abrieron el camino para ser canal de toda la rabia de les oprimides, elevamos nuestra admiración y el orgullo de saberles dispuestes a transformarlo todo, a no negociar nada.
Desde que se iniciaron las evasiones y movilizaciones, les anarquistes hemos estado en la calle haciendo parte de la revuelta que ha logrado hacer tambalear las estructuras de esta sociedad jerarquizada. Y en esta ocasión, además de hacer frente a la represión policial, hemos debido poner los cuerpos ante las máquinas asesinas, violadoras y torturadoras que fabrica la industria militar. Hoy son decenas de personas asesinadas y desaparecidas, decenas de mujeres abusadas, cientos de personas heridas y apresadas por manifestarse contra el actual estado de cosas. Es por eso que nuestro grito hoy es porque los policías y militares que han salido a la calle por instrucción del gobierno, vuelvan inmediatamente a los cuarteles de los que no deberían salir jamás a menos que estén dispuestos a recuperar su humanidad, renunciando a fusiles y uniformes.
Exigimos la derogación inmediata del estado de emergencia y sus consecuentes toques de queda. Condenamos los discursos guerreristas que desde el poder político se han empeñado en criminalizar nuestra legítima insatisfacción. Así mismo, hacemos un llamado al movimiento social a tensionar activamente contra las lógicas ciudadanistas que se pliegan a esta criminalización del descontento y a promover las instancias de encuentro comunitario, asambleario y horizontal, que nos permitan forjar desde la autonomía, propuestas alternativas a las que se nos imponen hoy desde el Estado y sus instituciones.
Bien sabemos que al Estado, esa institución patriarcal, racista y criminal, no podremos hacerla desaparecer hoy ni doblegar plenamente sus leyes que nos criminalizan por protestar, por pensar distinto o haber nacido en un país distinto, que nos despojan de nuestro trabajo y la riqueza que genera, de nuestro humano derecho a existir. Pero dispuestas nos encontramos a profundizar las confrontaciones que puedan arrebatar hoy de sus bestiales manos, todo aquello que nos ha sido robado : la tierra, el agua, la salud, la educación, la vejez, la vida misma.
¡Desde los territorios, organización, autogestión,
apoyo mutuo y acción directa !
¡Fuera los milicos de las calles !
¡No más alzas, no más TPP, no más AFP, alto al IIRSA !