FRANCISCO PRADA Y LA UTOPIA INFINITA.


El 11 de Julio de 2014 Francisco Prada emprende su viaje imperecedero.
Quiero escribir algo muy sencillo, como lo era Francisco, desde que se convirtió en un joven rebelde, con consciencia de lucha de sus semejantes por un mundo profundamente espiritual y humanista. Ese fue el objetivo de toda su vida.
Fui su compañera, de muchos años en las vicisitudes, torturas, persecuciones, fuimos una familia hostigada, perseguida, pero siempre, con la misma actitud de lucha y compromiso por la conquista de un mundo mejor y pleno.
Ambos estuvimos en la cárcel. Yo fui desaparecida y llevada al T.O-05 de Yumare, donde se arrepintieron de lanzarme de un helicóptero, después de tanta tortura, se les ocurrió someterme a una sesión de electricidad, en donde me dejaron inconsciente. Mi compañera que estaba allí, era médico del Hospital de Caracas, se cortó las venas, para llamar la atención y evitar que me fueran a matar.

Esto lo relato, porque el grupo familiar de Francisco Prada, sufrió mucho, cuando la lucha armada, fue derrotada, militarmente, no políticamente, nosotros, como profesionales, Antropólogos, volvimos a la Universidad, y nos incorporamos a la academia y al campo cultural.

Francisco Prada, fue admirable, en su proyecto. Siempre promovía el arte de los más necesitados, creando empatía entre estos, dándolos a conocer y poniendo en la palestra pública nacional al arte popular y a sus creadores, todo esto con un trabajo muy valioso e importante desde el Museo de Arte Popular Salvador Valero, del cual fue director durante 20 largos años. De allí nacen el Salón de Arte Popular más democrático y prestigioso de Toda Venezuela, La Bienal de Arte Popular Salvador Valero, como se le conoce en la actualidad.

Francisco Prada me sorprendía a mí con sus discursos y su conducta. Construyó una casa, para sus compañeros y familia, Antonio Avendaño, fue uno de sus arquitectos. Dándole lugares de su estadía a todos sus compañeros, hermanos y amigos.

Yo siempre estuve a su lado. Junto a Patricio, su hijo menor, y éramos quienes lo acompañábamos en todas sus tareas y proyectos.

Yo como su compañera de siempre, nunca me sentí perturbada en mis propias decisiones, él tenía plena confianza, personal y política en mí y en sus hijos: Francisco Elías y Patricio.

En los últimos tiempos, logramos hacer el último viaje a la Ciudad de México juntos, en donde se encontraba nuestro hijo mayor Francisco Elías con su familia. De regreso a Venezuela, ya Francisco se encontraba quebrantado, ya estaba padeciendo los síntomas de un virus que se le había presentado antes, el cual lo había puesto en estado grave. Al llegar a Trujillo, volvimos a los tratamientos para el combate del virus.

Nunca dejó de recordar, cuando dos soldados yanquis llegaron por la quebrada de nuestra casa, en Bellamira y yo Laura, me los encontré cerca y en los alrededores de la casa y les pregunté: ¿¿Qué hacían allí..?? Y me contestaron: Que estaban buscando un sitio para acampar. Yo les dije que ese era un terreno privado y que debían retirarse pues no tenían permiso de estar allí. Yo les informé que debían hablar con el dueño de la urbanización que era el señor Marcos Tirado, este señor negó el permiso a los extranjeros. Francisco Prada quedó con la idea de que por allí iba a entrar el enemigo y estaba siempre, pendiente de ese sitio.

Francisco había trabajado muchos años con Roberto Terán en el Museo Salvador Valero y en la casa. Prada lo quería mucho y era de mucha confianza y hasta los últimos momentos lo estuvo llamando. Ya cuando Francisco estuvo muy grave, decidimos trasladarlo de emergencia al Hospital de Trujillo, pero los amigos Orestes Leal y María Avendaño estaban haciendo gestiones para trasladarlo al centro médico de Valera. Ese día que fue día lunes en la tarde se produjo una gran ventisca y pasamos un gran bucare lleno de flores, donde se produjo una lluvia de éstas, él observaba todo lo que sucedía a su alrededor. Era como una gran despedida al Comandante Arauca. Nos fuimos en la Ambulancia al Hospital y de allí, en la noche al Centro Medico de Valera, pasamos cuatro días muy intensos, fue sometido a tratamientos muy fuertes, en donde los acompañamos principalmente María Avendaño, Orestes Leal, Milagros Concha, Ramón Pineda, Lennys de Prada, Francisco Elías Prada, Patricio Prada y mi persona.

Y el día Viernes 11 de Julio de 2014, entre las 6 y 7 de la mañana, en pleno amanecer esplendoroso, aquel gran hombre huracanado extendió sus alas y emprendió su vuelo hacía la eternidad, partiendo hacia lo que yo he llamado aquí: su viaje imperecedero.

Todo esto es inolvidable. Está presente en todas nuestras vidas, de tu compañera eterna e irreductible, así como tú, de tus hijos, de tus amigos y toda tu familia.
Queremos que sigas viviendo.
No te borrarán.
Todo tú eres un ejemplo.
Te queremos hasta el infinito..!!

11 de Julio de 2020


Publicado el 12 de julio de 2020

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