RECURRENCIA DE BASHAR AL ASAD EN EL USO DE ARMAS QUÍMICAS

Nuevamente Siria es el centro de atención mundial. El sanguinario presidente Bashar Al Asad emplea una vez más el gas sarín para reducir la resistencia a su régimen. La cancillería rusa ha manifestado que se trata de un montaje mediático para lesionar la imagen de ese jefe de Estado. Sin embargo, organismos internacionales han ratificado el uso de estas armas químicas por parte del gobierno de Damasco y pronto se sabrá el resultado de una investigación llevada a cabo por una comisión internacional recién llegada a ese espacio. El mundo occidental ha amenazado con retaliaciones armadas y en consecuencia han lanzado sus misiles y aviones sobre puntos neurálgicos de tales instrumentos bélicos inhumanos
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Reiteración de gases con fines militares en Siria

Estas armas fueron utilizadas durante la Primera Guerra y Sadam Hussein lo hizo durante su persecución al pueblo kurdo. El actual gobernante sirio las materializó en el año 2015 y ante la reacción americana el canciller ruso Sergei Labrov corrió a Damasco y convenció a Al Asad de negociar para evitar un ataque fulminante. Gracias a la mediación de Moscú se llegó a un acuerdo para detener el bombardeo.
No obstante, en abril de 2017 ante una evidencia de asedio con químicos, Estados Unidos llevó a cabo una operación de más de cincuenta misiles cruceros desde un portaviones ubicado en el Mediterráneo y literalmente desapareció una base aérea del régimen genocida.
Ahora, en la región de Guta Oriental, próxima a la capital siria, hubo una arremetida del ejército sirio y la aviación rusa para capturar la ciudad de Douma. Las armas gasíferas hicieron acto de presencia y alcanzaron tomar dicha ciudad donde la policía militar rusa se arrogó el rol de garante del orden público.

Razones de la importancia de Siria

Esta nación fue creada desde el tratado Sykes-Picot, celebrado en 1915 entre Francia y el Reino Unido para repartirse los antiguos restos del imperio otomano en el Oriente Próximo. Siria le correspondió a Francia al igual que el Líbano y posterior a 1945 accedió a la independencia con una gran inestabilidad política, una fusión efímera con Egipto en 1958 rota en 1961, una miríada de golpes de Estado hasta la llegada del padre del actual presidente, Afez Al Asad, quien al igual que su hijo hizo de la violencia el método directo para gobernar.
Siria es un país relativamente pobre con una economía basada en la agricultura y materias primas, vale decir, harto primaria. Empero, ha adquirido una ingente relevancia por su ubicación en el contexto de la coyuntura de una región álgida para la paz mundial. El Medio Oriente es una zona compleja política y militarmente. Durante la pugna Este-oeste fue laboratorio de las dos grandes potencias a través de Israel lo cual fue aprovechado por la Unión Soviética para incrementar su presencia en Egipto después de la nacionalización del canal de Suez con la construcción de la represa de Asuán y el equipamiento de su ejército con tanques, aviones, fusiles, etc. Igualmente Siria tuvo estrechos nexos con los soviéticos al igual que Yemen y Yemen del Sur y el Irak de Abdul Karim Kassem. Europa mantuvo vínculos cercanos con Jordania, Arabia Saudita e Irán.
Concluida la guerra fría, este espacio es apetecido por Occidente debido a las reservas petroleras y gasíferas y de allí la presencia de componentes armados de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y otros países del viejo continente. Asimismo, Rusia ha logrado establecerse alcanzando una descomunal venta de armas y la existencia de dos bases militares concedidas por Bashar Al Asad.
El factor religioso también está presente. Las naciones conservadoras como Turquía, Arabia Saudita, las monarquías de la península arábiga y Egipto han penetrado en territorio y espacio aéreo sirio promoviendo grupos integristas. Son expresiones sunitas en su sempiterna lucha con los chitas.
Los grupos fundamentalistas han estado activos también. Al Qaeda con su rama siria el anteriormente denominado Frente Al Nusra y el Isis, han hecho de las suyas en tal nación. El Estado islámico llegó a controlar un área importante de Siria e incluso estableció su capital en Al Raqa, dentro de su perímetro.
Irán, en su enfrentamiento con El Riad por la hegemonía regional, ha logrado actualmente avances como nunca antes ni siquiera en vida de Jomeini. Nos referimos a la influencia en los hutíes en Yemen capaz de contener la invasión encabezada por los sauditas, la existencia de un gobierno del mismo cariz islámico en Irak además de la activa iniciativa del Hizbolá en el Líbano. Adicionalmente han logrado un acercamiento bien estrecho con el régimen de Damasco como corredor estratégico para llevar armas a los chitas libaneses y una alianza en contra de Arabia Saudita, Egipto y Turquía. Asimismo, la presencia rusa los anima aún más.
Además, los kurdos controlan el norte de Siria y confrontan a su enemigo ancestral, Turquía con su gobernante autoritario Erdogan. Administran una amplia superficie con un modelo democrático de amplia participación por intermedio de asambleas permanentes, de igualdad de género y promoción del vegetarianismo. Sin embargo, tienen una espada de Damocles en el régimen de Ankara quien se la tiene jurada a este indómito pueblo.
Los oleoductos que atraviesan su territorio, además de generar rentas, la apuntalan porque es una salida del petróleo y el gas hacia el mare nostrum. Es uno de los factores incidentes en calificar como estratégico ese corredor energético. Por esta circunstancia adquiere una singular relevancia aparte de no ser una nación atractiva desde el ángulo de producción de bienes y servicios.
En conclusión, Siria es un país sin trascendencia económica pero su excelente espacio es extraordinario para ser el eje de una confrontación que obviamente va más allá de sus fronteras. Por tal razón siempre se encuentra en la picota como país esencial desde el ángulo político y militar en el Levante.

Expectativas sobre la estridencia de Trump

El presidente americano, fiel a la conducta del espectáculo al cual pertenece, emitió sus acostumbrados alaridos ante la violación de derechos humanos ocasionadas por el régimen de Damasco. Pero ejerció una iniciativa, en concordancia con Francia y el Reino Unido, para concretar una respuesta bélica ante tan degradantes hechos a través de aviones franceses y británicos desde Chipre así como misiles americanos enviados desde el mar Mediterráneo.
Algunos analistas aprecian una visión apocalíptica acerca de esta situación. Piensan que puede terminar en una guerra final entre rusos y americanos. Esa posición quizá es temeraria pero lo seguro es que pueda causar mucha conflictividad en ese espacio, más de la existente lo cual es mucho decir. En todo caso, Rusia no representa a la Unión Soviética del pasado porque tiene una economía elemental incapaz de proveerla de un formidable aparato militar. Las bases obtenidas en el Mediterráneo árabe apenas si son las únicas fuera de su territorio pues la de Sebastopol en Ucrania ya forma parte del espacio físico ruso luego de la anexión de Crimea.
Ha transcurrido tiempo para que las fuerzas armadas de Damasco se hayan replegado e incluso el traslado hacia bases rusas para guarecerse de algún ataque aéreo por avión, dron o misilístico. Ya el gobierno de Washington ha dicho que va a destruir los aeropuertos (las pistas de aterrizaje y las torres de control amén de cualquier avión o instrumento militar) y a las bases así estén desocupadas. Lo cierto es que dirigieron sus explosivos hacia varios sitios donde se fabrican o almacenan armas químicas.
Haciendo abstracción de las medidas a tomar por parte de Occidente queda pendiente la coyuntura porque Al Asad se viene acostumbrando a reusar de manera sistemática las armas químicas y cuál será entonces la solución permanente para ello.

Corolario

El régimen que encabeza Bashar Al Asad ha demostrado ser autoritario, militarista y despótico. Mucha gente autodenominada de izquierda lo defiende a ultranza por ser antiamericano. De la misma manera apuntalan a Rusia como una opción frente a Occidente sin importar la actitud de gran potencia a la cual aspira pero dificultosamente pueda alcanzar por su economía primaria y un cartabón rígido heredado del zarismo y el bolchevismo.
El ejército sirio apela a este armamento prohibido como un mecanismo de intimidación en su escalada por mantener el poder. Maquiavélicamente los utiliza en su ambición desmedida sin importar el daño humano ocasionado. Más allá de volver a usarlo se aprecia la ventaja obtenida en la guerra intestina e internacional cuyo escenario es la nación ubicada entre Líbano, Irak e Israel. El gobierno controla las grandes ciudades, excepto el norte ocupado por los kurdos y áreas dominadas por el Ejército Sirio Libre y los grupos integristas.
Estados Unidos demuestra tener algunos intereses en el Medio Oriente pero no son fundamentales como lo evidencia el reto de trasladar la embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén desafiando al mundo árabe. Además, ha permitido la agresión turca a los kurdos en Afrín, ciudad recientemente tomada por los otomanos y formaciones integristas adláteres. También han vendido armas a Arabia Saudita en gran cantidad, reforzando al terrorismo musulmán apañado por la casa real wahabita. Los recientes bombardeos difícilmente pueden alterar el posicionamiento de Bashar Al Asad, cuyo ejército parece ir triunfando en la guerra con la ayuda rusa, iraní y de Hezbola. Cabe destacar las últimas declaraciones del titular de la Casa Blanca en el sentido de no ir más allá de la materia de los gases al expresar que el destino nacional del Estado árabe será un asunto interno.
Sea cual fuese las resultas de esta grave confrontación el jefe de Estado sirio ha probado ser un genocida capaz de recurrir a las armas más destructiva en su trayectoria guerrerista. Merece el repudio mundial de la gente con mentalidad progresista por violar los derechos humanos y haber convertido a Siria en un infierno de desplazados, desaparecidos, asesinados, heridos, torturados y refugiados en una espiral de balcanización y de vector de experimentación de potencias en el Oriente Próximo. Es la tangibilización del militarismo, despotismo y autoritarismo como telos de la gobernabilidad. Es la manifestación más apodíctica del poder disciplinario a estas alturas del siglo veintiuno. Razón tienen los posmodernistas en preconizar la ausencia de la idea de progreso en la humanidad como mentís del avance visto desde el ojo del positivismo.


Publicado el 16 de abril de 2018

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