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Paiporta unas de las localidades afectadas por la DANA. Crédito imagen: Susana Santina/ ZDF Heute
La DANA que azotó a Valencia en días recientes ha causado una tragedia de enormes proporciones. En la medula de las causas del desastre asociado al cambio climático están las desigualdades sociales y la actitud negligente de privilegiados y poderosos, situación que se repite a escala mundial en el contexto de una crisis ecológica global. Toca como tarea ciudadana cambiar los modos de vida, transformar la sociedad y regenerar el ambiente.
Más de 200 muertos es el balance provisional (al momento que escribimos esto) de las masivas inundaciones que azotaron a la región de Valencia en España el pasado 29 de octubre de 2024. Una cifra que posiblemente puede aumentar aún más, tal y como lo advirtió el 31 de octubre la ministra de Política Territorial, por no hablar de los muchos desaparecidos. Las infraestructuras de la región han sufrido graves daños, una factura que cuesta miles de millones de euros y años de reconstrucción. En la zona se han desplegado miles de efectivos militares y de cuerpos de seguridad, helicópteros, camiones y nutridos equipos de bomberos y socorristas, se han cerrado escuelas y establecimientos comerciales.
Por tanto, al frente de Valencia hay un gobierno abiertamente antiecologista y escéptico respecto del cambio climático. Carlos Mazón, el político al frente de la Generalitat de Valencia, que creó una coalición con Vox, es responsable de haber derribado una ley conmemorativa de condena al franquismo, una ley sobre violencia doméstica y desmantelado la Unidad de Emergencias de Valencia, es decir, la destrucción de un servicio público creado en el pasado y que podría haber salvado vidas en los últimos días (Macias, 2024). Siguiendo la misma lógica, ese gobierno demostró negligencia criminal antes de la inundación. Sin embargo, la agencia meteorológica española había anunciado la tormenta con cinco días de antelación y luego emitió una “alerta roja”, el nivel más alto, para la región de Valencia el día 29 por la mañana. Pese a estas previsiones, a las 13.00 horas, el presidente de la región emitió un mensaje tranquilizador, afirmando que la “tormenta se estaba moviendo” y que “su intensidad debería disminuir hacia las 18.00 horas”. Sucedió exactamente lo contrario. Alrededor de las 17.00 horas finalmente se puso en marcha una organización de emergencia. A las 8 de la noche, los valencianos finalmente recibieron una alerta en sus teléfonos diciéndoles que se mantuvieran a salvo (BBC News Mundo, 2024; elDIARIO.es; 2024; EL PAIS, 2024; Iporre, 2014;)
Demasiado tarde. Los municipios ya estaban bajo el agua. Miles de personas permanecieron en sus lugares de trabajo o salieron por la tarde y se encontraron varadas en las carreteras, atrapadas en torrentes mortales y obligadas a abandonar sus vehículos para buscar refugio. Algunos de ellos están ahora muertos.
Los extremistas climato-escépticos en el poder no solo llevan a cabo políticas que aumentan la vulnerabilidad ante los desastres climáticos –en el caso de Valencia, hormigonado masivo al servicio de la industria convencional del turismo, por ejemplo– sino también de poner en peligro a la población una vez que llega el desastre (Schwartzbrod, 2024).
Mientras España cuenta sus muertos, numerosos vídeos de las inundaciones causan escándalo en el mundo: muestran camiones de Mercadona, la marca de distribución masiva, el repartidor de DHL o autobuses públicos rodeados de inundaciones. Otra muestra a los empleados atrapados en un almacén de IKEA, completamente rodeado de agua, en el centro comercial más grande de Valencia. Estos son otros tantos grupos de trabajadores y trabajadoras que fueron puestos en peligro: enviados a las carreteras o a sus trabajos por sus jefes, cuando llegó la inundación. En Barcelona, ciudad al norte de Valencia también amenazada por inundaciones, la empresa de reparto Glovo incluso lanzó promociones en plena tormenta, para animar a sus clientes a quedarse en casa y pedir comida, en total desprecio por sus empleados que, tuvieron que salir a trabajar.
Días después de la tragedia, mientras la población sigue en shock, surgen interrogantes, críticas y acciones de calle en contra de las autoridades regionales bajo la jefatura de Mazón, el Gobierno de Sánchez y los propios reyes en rechazo a la gestión de la crisis. Las autoridades regionales y nacionales se enfrentan a acusaciones de incompetencia, laxitud y retraso en la organización de la ayuda. Se trata de un desastre sin precedentes en España y uno de los mayores desastres meteorológicos de la historia reciente en Europa.
Todo esto es una instantánea de uno de los paisajes más emblemáticos que conforman el orden mundial actual, cruzado por diversas desigualdades. En caso de desastre, las nomenclaturas estatales de “derecha” e “izquierda”, las élites corporativas, los estamentos socioeconómicos que viven en la opulencia, las cúpulas militares, en general los poderosos y privilegiados, que son lo que más contaminan y los responsables de la abrumadoramente mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, quedan en primera instancia al abrigo en sus bunkers y fortalezas, mientras que el resto de la población a lo interno y en la periferia del sistema mundial sufre todo el peso del caos climático y quedan expuestos al desastre. Indiferencia criminal e incompetencia se combinan con una negación de la realidad y una ceguera también suicida en perspectiva de un plazo algo más largo porque, a fin de cuentas, nadie, ningún grupo por dominante y privilegiado que sea, escapa en última instancia a las siniestras consecuencias de la muy probable ocurrencia de un colapso ecológico global, si las cosas siguen como están.
Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y destructivos en distintas latitudes, un efecto directo del desorden en que se encuentra el sistema climático planetario. Volviendo al caso Valencia, vale destacar que este verano pasado la temperatura del Mediterráneo alcanzó un récord de 29 grados centígrados de media, aumentando la carga de vapor de agua en la atmósfera. Fue este encuentro explosivo con el frío aire polar lo que provocó las lluvias torrenciales del martes 29, la apocalíptica DANA. ¿Quién puede garantizar que esto no volverá a suceder, allá mismo o en otras partes de Europa y del mundo? En Venezuela, por ejemplo, desde finales del siglo pasado hemos conocido tragedias similares con colapsos de cuencas en Vargas, Tejerías, Cumanacoa y Santa Cruz de Mora, por citar algunos de ellos.
Más allá de la necesidad de repensar las políticas hidráulicas nacionales y regionales, de los cambios en los planes de urbanización y ordenamiento del territorio, de las mejoras en la precisión de los pronósticos meteorológicos, los mensajes de alerta y la coordinación de los rescates también para prevenir futuras tragedias, es fundamental cambiar los modos de vida hegemónicos. Esto supone entre muchas líneas de acción y transformación la superación de las desigualdades, no solo las que atañen al mundo laboral y productivo, sino en todos los órdenes de la vida en sociedad y aquellas que la propia crisis ecológica está generando y agravando. Veamos a manera de ejemplo algunos pocos trazos de ese panorama que vinculan a las desigualdades y el cambio climático.
Agencias internacionales como la FAO han alertado este mismo año que el desorden climático va a incrementar las desigualdades ya existentes entre sexos, categorías sociales y generaciones (Goar, 2024).
Los superricos son responsables del cambio climático mucho más allá de las emisiones basadas en el consumo (Padisson, 2021). En general, dirigen grandes empresas, dirigen inversiones y dan forma a las leyes nacionales e internacionales. Tienen un impacto enorme y controlador en nuestros medios y en la opinión pública, incluso a través de la publicidad y la propiedad de los medios de comunicación. Y dan forma directamente a las políticas a través del lobby y la influencia pagada. Con esos medios y recursos han influido notablemente en decisiones que ocultan, desestiman o subestimación la gravedad del cambio climático.
En un mundo profundamente desigual, el 70 % de las personas más pobres son mujeres. Ellas son en mayores proporciones más impactadas que los hombres por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, que vienen a reforzar la precarización y agravar las desigualdades que ya ellas padecen (Waheed,2023). A título de ejemplo, señalemos que, después del tsunami de 2004 que afectó a los países del océano Indico, el 70% de las personas fallecidas fueron mujeres (CESE; 2023).
Toca, pues a los ciudadanos y ciudadanas de España y el mundo en general informarse, debatir, organizarse, movilizarse, articular esfuerzos y luchar en diferentes ámbitos y escalas para lograr incidir de manera efectiva en decisiones, proyecciones y acciones tendientes a contrarrestar los efectos del cambio climático, atacar sus causas en un mundo marcado por las desigualdades y en plena crisis ecológica, contribuyendo así a transformar la sociedad y regenerar el ambiente.
Referencias
BBC News Mundo (2024) Cómo las diferencias entre los políticos españoles ralentizan la ayuda para el desastre de Valencia https://www.elmostrador.cl/noticias/2024/11/03/como-las-diferencias-entre-los-politicos-espanoles-ralentizan-la-ayuda-para-el-desastre-de-valencia/
CESE (2023) Inégalités de genre, crise climatique et transition écologique le CESE a adopté son avis. https://www.lecese.fr/actualites/avis-inegalites-genre-crise-climatique-transition-ecologique-adopte-avis
elDIARIO.es (2024) Balance de la DANA en Valencia, seis días después de la tragedia https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/balance-dana-valencia-seis-dias-despues-tragedia_1_11790698.html
EL PAIS (2024) Dana e inundaciones en Valencia: resumen del 3/11/2024 https://elpais.com/espana/2024-11-03/ultima-hora-de-la-dana-en-directo.html
Nicole Iporre (2024) ¿Qué falló en Valencia? 4 lecciones que explican las mortales lluvias torrenciales de España LA TERCERA https://www.latercera.com/tendencias/noticia/que-fallo-en-valencia-4-lecciones-que-explican-las-mortales-lluvias-torrenciales-de-espana/IVD34GXPN5EXHFQQMUATZYSM24/
Laura, Padison (2021) Medio ambiente: cómo el estilo de vida de los ricos está acelerando el cambio climático BBC NEWS Mundo https://www.bbc.com/mundo/noticias-59076885
Jesús Manuel Macias (2024) Valencia y las paradojas del desastre. La Jornada https://www.jornada.com.mx/2024/11/04/opinion/014a1pol
Alexandra Schwartzbrod (2024) Inondations dans l’est de l’Espagne : les morts evitables LIBERATION https://www.liberation.fr/idees-et-debats/editorial/inondations-dans-lest-de-lespagne-les-morts-evitables-20241101_YDSXCEWNGNCE5A5W6WQ4LA4CCQ/
Zainad Waheed (2023) Climate Change’s greatest victims are women and girls. UNICEF. https://www.unicef.org/rosa/blog/climate-changes-greatest-victims-are-women-and-girls