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Argentina_Salta: Memoria del exterminio El Gallinato
Se ha denominado “Septiembre Trágico”, el de 1976, cuando los grupos de tareas que funcionaban en la dictadura cívico militar secuestraron a cinco personas y mataron al joven Martín Miguel Cobos, algunos de los secuestrados fueron luego asesinados en El Gallinato, lugar de exterminio ya señalizado como sitio de memoria.
Acto en el sitio de la memoria El Gallinato
Antes lugar de exterminio, hoy monumento vivo que recuerda los crímenes cometidos por la violencia, el abra El Gallinato, será escenario hoy de un homenaje a las personas asesinadas aquí por la dictadura.
Organismos de derechos humanos y populares de Salta se congregarán hoy en el abra El Gallinato, en el departamento La Caldera, a casi 30 kilómetros de la ciudad de Salta, para homenajear a “las compañeras y compañeros que lucharon por una sociedad más justa”.
Se cumplen 48 años del “Septiembre Trágico”, el de 1976, cuando los grupos de tareas criminales que funcionaban en la dictadura cívico militar secuestraron a cinco personas y mataron al joven Martín Miguel Cobos, algunos de los secuestrados fueron luego asesinados en El Gallinato, lugar de exterminio ya señalizado como sitio de memoria.
“Durante septiembre de 1976 se sucedieron distintos secuestros y asesinatos en la provincia de Salta, elegimos homenajear a todas y todos en el Sitio de la Memoria El Gallinato que fue utilizado por la dictadura para dinamitar y desaparecer personas”, recuerdan una vez más, evocando la memoria de aquellos mártires populares.
A 48 años de la Masacre de El Gallinato
“Hay que seguir organizados y organizadas”
Mariana Gamboa, hija de una de las asesinadas en el paraje rural de la localidad de La Caldera, convocó a mantener la unidad en las actuales circunstancias. Se hizo un homenaje a las personas secuestradas y asesinadas en septiembre de 1976, en el marco del plan sistemático de desaparición de personas que llevó adelante la última dictadura cívico militar.
Por Maira López
El paraje El Gallinato, en el departamento La Caldera, fue escenario ayer del acto recordatorio de la conocida como Masacre de El Gallinato, los asesinatos de perseguidos políticos cometidos en 1976 en este paraje, señalizado como lugar de exterminio. También se rindió homenaje a las personas secuestradas y asesinadas durante todo el mes de septiembre de 1976, en el marco del terrorismo estatal.
Se recordaron particularmente los sucesos ocurridos el 24 de septiembre en la ciudad de Salta, cuando fueron secuestrados y desaparecidos la profesora de historia Sylvia Aramayo, y la antropóloga y docente Gemma Fernández junto su esposo Héctor Domingo “Guilo” Gamboa. La pequeña hija del matrimonio, Mariana Gamboa, de apenas cinco meses, fue abandonada en la puerta de un vecino, que la restituyó a su familia. También fue secuestrado Daniel Loto Zurita. Hay casi certeza de que Gemma y “Guilo” Gamboa fueron asesinados en El Gallinato.
Ese mismo 24 de septiembre, en otro operativo, fue secuestrado y desaparecido el estudiante universitario Carlos Estanislao Figueroa, y el cuerpo del estudiante universitario Ángel Esteban Rodríguez Concha fue abandonado en la parada del colectivo que hacía el recorrido a la Universidad Nacional de Salta.
Mariana Gamboa, hija de Gemma Fernández y “Guilo” Gamboa, celebró el trabajo y la valentía del Comité por la Memoria de Gallinato, que tomó la iniciativa de este nuevo homenaje. Además, destacó la colaboración de la Municipalidad de La Caldera, al “ser el primer municipio que asume las políticas de memoria a nivel territorial”. Esto último tiene que ver con la reciente ordenanza municipal 798/24 que declara de interés institucional las actividades que se llevan adelante cada 24 de septiembre. Además, llama a la comunidad de La Caldera a mantener viva la memoria de las personas asesinadas en El Gallinato e invita a otros municipios a contribuir a la política de memoria local y reafirmar el lema de memoria, verdad y justicia, y las y los 30.000 detenidos desaparecidos del país.
En referencia a las condiciones sociales y políticas en las que se presenta actualmente la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, Gamboa aseguró que hay que “seguir organizados y organizadas”. “No detener nuestras acciones, sino redoblar el esfuerzo y sobre todo, el diálogo” ya que “la única capacidad que tenemos es ser millones en las calles y esa semilla de la lucha es la posibilidad de construir un país distinto para todas y todos”, aseguró.
Ante el discurso negacionista y revanchista de la ultraderecha, encabezada por la vicepresidenta Victoria Villarruel, Mariana Gamboa subrayó la urgencia de dar pelea y resistir, aún con las condiciones socio económicas adversas para gran parte de la población. “No podemos quedarnos encerrados esperando tener condiciones personales óptimas porque eso no va a suceder. Cuando vengan por nosotros, va a ser tarde”, insistió, poniendo como ejemplo la situación de padecen miles de jubilados y jubiladas del país, y que salen a las calles continuamente.
“En este tiempo, que parece de derrota, hay que reflexionar, reagruparnos y proyectar qué acciones podemos hacer juntos”, manifestó. Sostuvo que cualquier acción a encarar debe darse desde una perspectiva de derechos humanos y de la naturaleza, ya que afirmó que las violencias atraviesan a los cuerpos de las mujeres, el ambiente y la economía. “Nuestro compromiso tiene que ser integral”, afirmó.
Por otro lado, Gamboa se solidarizó con la familia y amistades de Jesica Gutiérrez, la joven caldereña desaparecida el 11 de septiembre: “Estoy con un dolor tremendo porque sé que está viviendo la familia de Germán (Sumbay, primo de Jéesica que estaba presente en el acto) y la familia de Jesica. Esta desesperación de no saber qué pasó con ella es algo que nos constituye como pueblo a un compromiso. Todos tenemos algo que hacer y no podemos permitir que eso siga marcando nuestra sociedad”, sostuvo.
Gemma, nieta de Gemma Fernández, manifestó la necesidad de pensar la memoria “como algo presente, algo que se construye comunitariamente, colectivamente, por lo que todos tenemos algo por hacer”. La joven contó que junto a un grupo de estudiantes de comunicación de Córdoba están rodando en Salta el documental “Un Silencio en el estruendo”, que narra la masacre ocurrida entre el 24 y 25 de septiembre de 1976. Es una producción independiente que pide cooperación.
“Ayer estuvimos acá en el abra El Gallinato, estuvimos con (el testigo) Juan Moreira, que nos estuvo contando lo sucedido. Fuimos hasta allá (el lugar donde ocurrieron los asesinatos) y fue la primera vez que yo fui ahí. Fue algo muy movilizante y por más que genere mucho dolor sé que es muy necesario para que esa memoria como borrada, se esclarezca y se pueda contar al resto”, relató.
Gemma consideró que aún hay jóvenes y adultos que no saben lo que realmente sucedió en El Gallinato, o “no se meten” por temor o desconocimiento. Con el documental quieren brindar una herramienta que permita visibilizar los hechos y tomar consciencia para que “nunca más vuelva a ocurrir y tengamos bien presente que la democracia está por sobre todas las cosas. Aunque pensemos distinto, todos somos personas, todos somos humanos, todos sentimos, todos sentimos cariño y amor”. En ese sentido, reivindicó la lucha de las y los jóvenes desaparecidos, ya que “buscaban que el mundo sea un poco más justo, pero nos los arrebataron. Aun así, siguen acá, están con nosotros, caminan a nuestro lado y nos impulsan a seguir y a seguir soñando hasta que todo sea como queremos”, cerró.
El Nunca Más siempre presente
En el acto también habló Juan Moreira, testigo de los sucesos ocurridos en El Gallinato. Al momento de la Masacre, Moreira tenía tenía 17 años y transitaba en bicicleta temprano para ir a trabajar a Yacones. Recordó que desde su casa se empezaron a escuchar las explosiones. “Al principio no entendía qué pasaba, más tarde me enteré que dinamitaban gente y vi restos humanos en el suelo y la copa de los árboles”, relató, “estaba la Policía y el Ejército, me preguntaron qué hacía ahí, eran dos, un civil y un uniformado en un Ford Falcon, que me prohibieron el paso. Por suerte, me dejaron ir, pero yo pensé que me iban a dar un tiro por la espalda”, recordó en el documental “Memorias de El Gallinato”.
Ayer Moreira contó que con el pasar de los años pudo conocer a la familia Fernández Gamboa, a los Martínez, y demás familiares de los masacrados. “Por eso es que al Nunca Más hay que tenerlo presente. Hoy me comprometo acá que cuando me necesiten y sea necesario, estoy a disposición de ellos para cualquier cosa que puedan llegar a hacer en La Caldera”, expresó, asegurando que todo el pueblo tiene que conocer lo que sucedió en esa época.
“Esto nunca más tiene que ocurrir. Por la memoria de ellos y por el presente vamos a levantar las banderas para que una vez más en el departamento de La Caldera empecemos a trabajar todos para que esto no se olvide”, sobre todo en el actual contexto nacional, insistió Moreira. “Tenemos que reivindicar y volver a lo que somos nosotros, a lo que hemos sido siempre. Sabemos que actuamos defendiendo la patria y no vendiéndola”.
El homenaje fue organizado por el Comité por la Memoria de Gallinato, la Mesa de Derechos Humanos de Salta, la Asociación Miguel Ragone, la Liga Argentina de Derechos Humanos, la organización FOB, el Movimiento Evita y la UTEP. Entre los funcionarios, participaron el intendente de La Caldera, Diego Sumbay; el diputado provincial Luis Mendaña; el senador provincial Miguel Calabró, entre otros.
Septiembre de horror
Septiembre de 1976 fue marcado como un mes de horror en la historia de Salta ya que los secuestros, desapariciones forzadas y asesinatos se iniciaron el mismo 2 de septiembre, cuando en Rivadavia Banda Sur fue secuestrado Sergio Wenceslao Copa; mientras que, en Orán, fue secuestrado David Reina Léon, y Sylvia Sáez de Vuistaz, en Embarcación.
El 3 de septiembre, en Orán, secuestraron a Santos Abraham Garnica, Néstor Salomón y Mariano Bernardino Luna. El 8 y 9 de septiembre, en la ciudad de Salta, detuvieron y desaparecieron a tres integrantes de la familia Colqui: Rolando Gómez fue secuestrado a la salida de su trabajo, al otro día una patota secuestró a su hermana, Lidia Gómez de Colqui, y a su sobrino, Alfredo Colqui.
El 13 de septiembre, también en Orán, fue secuestrado y desaparecido el estudiante universitario Gregorio Tufiño. El 22 de septiembre, en Metán, un grupo de tareas intentó secuestrar a los hermanos Ángel Federico Toledo y a Carlos Lucas Toledo. Como se resistieron, fueron atacados a tiros, Carlos quedó gravemente herido, pero logró salvar su vida, en cambio, Ángel fue asesinado esa misma noche.
Ya en la madrugada del 25 de septiembre un grupo de policías mató a tiros al estudiante de secundaria Martín Miguel Cobos. El 29 de septiembre fue secuestrada de su casa en la ciudad de Salta Bárbara Minor.
fuente:
https://www.pagina12.com.ar/770068-hay-que-seguir-organizados-y-organizadas
también editado en https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2024/10/03/argentina_salta-memoria-del-exterminio-el-gallinato/