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Editorial de El Socialista
10 de enero de 2024. El ultraderechista Milei sigue con su plan motosierra. No hay ninguna medida que beneficie al pueblo trabajador o a la juventud, como prometió en campaña. A tal punto el presidente dijo que, recién dentro de quince años (casi cuatro períodos presidenciales) se podrán ver los supuestos beneficios de dos tercios de sus políticas. En otro momento habló de cuarenta y cinco años, y el vocero presidencial, Adorni, dijo que en cien años habrá una “Argentina maravillosa”.
Milei dijo también, a modo de provocación, que si la inflación de diciembre ronda el 30%, habría que llevar en andas a su ministro de Economía, Luis Caputo, porque evitó que llegue al 45%. Pero según consultoras, con una inflación del 1% diario que alcanzó en las últimas semanas, en el año se llegaría a un 7.000 por ciento. Todo en nombre de la “libertad” y las “fuerzas del cielo”.
El combo entre megadevaluación, libertad de precios, DNU, Ley Ómnibus y los tarifazos que se vienen, está llevando a una verdadera catástrofe social “de dimensiones bíblicas”, al decir de Milei. La pobreza e indigencia aumentan sideralmente, mientras los salarios se están desplomando aún más. En el gobierno peronista los salarios perdieron un 20% real y en un mes del ultraderechista Milei han retrocedido otro 15%, la mayor caída en veinte años.
Las iniciativas oficiales significan un fenomenal ajuste estimado en 5 puntos del PBI, unos 25 mil millones de dólares, que van a generar una recesión letal para los 44,7% de argentinos pobres (según Observatorio de la UCA, Clarín, 31/12). Con el argumento de que habría una “inflación reprimida”, los combustibles aumentaron un 100% en un mes, los medicamentos un 140% en dos meses y los alimentos hicieron punta en el índice publicado en CABA, superando el 30% en diciembre. El parate se hace sentir. Se está cumpliendo la profecía de Milei de la estanflación, por eso las playas están vacías en pleno enero. El 46% de la clase media no se va a tomar vacaciones.
Esto se une al fortalecimiento del aparato represivo, como lo vemos con el protocolo de Bullrich, el empoderamiento de las fuerzas policiales contra los que luchan, mayores penas y persecución a organizaciones sociales y a sus dirigentes.
Milei dice: “A pesar que no les prometí un camino repleto de rosas, sino uno de esfuerzo y sacrificio, la gran mayoría de los argentinos me correspondieron con su voto”. Se asienta en el 56% que sacó en el balotaje. Pero ya hay mediciones señalando que menos de la mitad está de acuerdo con el DNU (Clarín, 8/1). Milei y su gabinete cada tanto simulan apoyo, como cuando saludan desde la Casa Rosada ante una plaza vacía.
Las expectativas de cambio de sus votantes están chocando contra la cruda realidad. “No creía que el ajuste me iba a tocar a mí”, se empieza a escuchar.
La oposición patronal en el Congreso (bloques de la UCR, Pichetto, provinciales) se apresta a limar algunas aristas burdas de la ley ómnibus y el DNU para negociar y terminar votando a favor. Dicen que están de acuerdo en gran parte del contenido de los mismos, pero no “en las formas”. Con eso se aprestan a dar el aval.
La dirigencia peronista, por su parte, si bien dice que votaría en contra en el Congreso, llaman a esperar, a que se desgaste Milei, mientras el brutal ajuste sigue su curso. Cristina y Máximo Kirchner están borrados y Sergio Massa reapareció cuestionando el paro de la CGT (ver nota página 3).
Ante este panorama, se dió un gran cambio en la situación: comenzó el enfrentamiento obrero y popular contra el plan motosierra de Milei. El 20 de diciembre el sindicalismo combativo y la izquierda lograron un primer triunfo contra el protocolo represivo de Bullrich movilizando y haciendo el acto en Plaza de Mayo. Y a la noche, después de conocido el DNU, miles salieron a los cacerolazos en distintos puntos del país, donde en dichas acciones se exigió “paro general”.
Luego se dio la marcha de la CGT del 27 a Tribunales, que terminó siendo más grande a lo que esperaba la convocatoria acotada de la burocracia, con miles de trabajadores independientes. Apenas 18 días de la asunción de Milei, se logró arrancar a la CGT un paro general con movilización al Congreso para el próximo 24 de enero.
Se siguen dando los cacerolazos, ruidazos y sectores afectados por el ajuste, como en Cultura, protagonizan distintas acciones. También hay muestras de repudio en recitales, donde se canta contra Milei, por ejemplo el de estos días en la actuación de La Renga en el estadio de Racing.
Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad llama a la más amplia unidad obrera y popular para derrotar el DNU, la ley ómnibus y todo el plan motosierra de más ajuste, entrega, saqueo y represión de Milei y el FMI. Impulsando el paro y la movilización de la CGT del 24, llamando a garantizarlo, para que sean miles ese día parando, marchando y exigiendo la continuidad con un plan de lucha nacional.
Hace falta un inmediato aumento de salarios y jubilaciones, frenar los despidos y tarifazos. Rechazar el protocolo represivo de Bullrich y reclamar por el pleno respeto a las libertades democráticas y al derecho a la protesta. Y pelear por un plan económico alternativo obrero y popular, para que la crisis la paguen los grandes empresarios, las multinacionales y el FMI, imponiéndoles fuertes impuestos, y que se deje de pagar la deuda externa, en el camino de lograr un gobierno de las y los trabajadores y la izquierda que nos lleve a una Argentina socialista con plena democracia para el pueblo trabajador.
¡Vamos al paro y movilización del 24 al Congreso y en todo el país!