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El pasado miércoles 9, se conoció que un grupo de empresarios tradicionales y personajes de la añeja farándula, se congregaron en el tepuy Kusari, ubicado en el parque nacional Canaima y en territorio ancestral del pueblo pemón, para celebrar el cumpleaños de Rafael Oliveros, propietario de un campamento turístico y miembro del Consejo Nacional de Economía Productiva del gobierno.
La realización de esa fiesta en un tepuy, un lugar sensible en términos ecológicos y un sitio sagrado para el pueblo pemón, ha generado muestras de repudio que se han expresado en diferentes redes sociales. En ese sentido, se expresó Lisa Henrito, capitana de la comunidad pemón de Maurak.
En su cuenta en la red social Facebook, expresó «el parque nacional Canaima está en tierras indígenas, es un patrimonio de la humanidad porque precisamente estos tepuy: ejemplifican un proceso ecológico y biológico fundamental en el curso de la evolución de los ecosistemas y acogen los hábitats naturales más importantes y representativos para la conservación de la biodiversidad».
Por lo tanto, «hay un montón de normas que regulan estos espacios escritas por los organismos cuyo deber es cuidar los mismos. Y mucho antes de esto, hay normas no escritas inherentes indígenas, que nosotros deberíamos ser los primeros interesados en hacer cumplir».
En ese marco, «aunque algunos puedan alegar lo contrario, nosotros como indígenas hemos respetado estos lugares por el valor espiritual y cultural que representan. Son lugares sagrados y por eso ni siquiera vamos a estos lugares, mucho menos hacemos fiestas».
Entonces, «aquí es donde hacemos las preguntas, ¿para qué hay tantas normas y regulaciones? ¿A quiénes se aplican estas normas y a quiénes no? Porque les aseguro mi gente que si algún pemón de Canaima o Kamarata quieren hacer un campamento turístico en estos tepuy, se lo van a prohibir. O para hacer esto, hay que cumplir con una lista kilométrica de requisitos. En cambio, por experiencia propia sé que los que no están obligados a cumplir estas normas son personas que pagan mucha plata».
Después de esa crítica, cerró su pronunciamiento con una pregunta a los altos funcionarios del gobierno nacional, al escribir: «ahora vamos a imaginar esto, yo como capitana de Maurak, convido a todos los guerreros de mi comunidad, nos llevamos 100 tortas de casabe, 50 cochinos de monte asados, 100 pimpinas de paraki y cachiri, 50 kilos de gusano de moriche, 20 kilos de kailao y picante para tirar paarriba y agarramos un avión, aterrizamos en la Carlota y subimos al cuartel de la montaña y hacemos una fiesta con parishara y todo alrededor de la tumba del eterno comandante difunto…¿Será que nos permitirían hacer eso? Yo pregunto».