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Continúa la matanza de flamencos (phoenicopterus ruber) en la laguna de Las Peonías. La exploración del sábado mostró los fúnebres avances, esta vez nos encontramos con un panorama desolador, los cadáveres dispersos en la marisma eran como el fin de todas las arcadias, cabezas y huesos, plumas y esas largas patas zancudas regadas aquí y allá, crimen autorizado en la Venezuela de todos los crímenes.
A este paso, la bandada, parte de la colonia establecida en Los Olivitos (Miranda), será diezmada en poco tiempo, su capacidad de reacción será más tardía que la capacidad de sus depredadores de saciarse. Les extraen la pechuga, cuyo peso puede ser un poco superior a la mitad del peso total del animal. Al parecer están comenzando a nidificar en el área, pues se observaron polluelos de buen tamaño, eso hace el panorama más complicado.
El monitoreo que adelanta el personal del Museo de Biología de la Facultad de Ciencias de LUZ solo puede informar y juntar datos para que los organismos respectivos se ocupen de los aspectos punitivos y amparo.
Las imágenes de esta nota fueron hechas el sábado 5 de noviembre, el autor es el profesor Nubardo Coy. Este animal nunca fue objeto de caza, pero ahora, al igual que el oso hormiguero (myrmecofaga tridactyla), se ha convertido en fuente de proteínas y tras la presión de la pobrecía acosada por la miseria, pero la pobrecía continuará y las especies desaparecerán