Que el terreno de la economía representa el real punto de confrontación y de verificación de la solidez de cada teoría política es un hecho establecido.
El fracaso de la teoría neoliberal, o mejor post capitalista, que ha impregnado el continente sudamericano en estos años lo está demostrado. Nada más siniestro y tremendo ha involucrado a amplios estratos de la población, y no solo al proletariado por las diversas demandas de la clase media también han saboreado el significado del capitalismo y el neoliberalismo. Perdida del bienestar adquisitivo, abandono del concepto del tranquilo pequeño burgués, perdida de la casa frente a la imposibilidad de honrar la hipoteca contratada con las instituciones bancarias que vendrán a ti previamente cerrada la cuenta, imposibilidad de mandar a los hijos a la escuela porque no hay no dinero para pagar los billetes de bus.
La realidad argentina podría representar un paradigma de nuestro futuro y lejos de querer aparecer como una pobre Casandra las señales están ahí, y todas: el arrastre a través del sistema bursátil de los ahorros de los trabajadores y jubilados, el forraje continuo con dinero público de empresas privadas que entonces agradecen con despidos y la escalada de tensión social, el impregnar la mente con un nacionalismo que logra inmolarse sobre el altar de la patria también quien se alista en cuerpos extraños en cada regla y restricciones, en breve podemos con tranquilidad mirar el futuro, seguro de lo que se espera: una acentuación de la miseria socialmente extendida, dificultad en cada frente, de la seguridad al trabajo, de la sanidad garantizada, a la educación, necesita ser confiado y mirar adelante.
Aquella que citamos es una experiencia concreta que personas de diversos orígenes sociales y de diversas fes políticas lograron realizar en el contexto del desastre argentino; una pequeña experiencia que creemos puede representar un interesante ejemplo al cual referirse en una perspectiva que no quiere aniquilarse de frente al vertical asalto que el capital financiero, y no solo, está llevando a las condiciones de vida a cada uno de nosotros.
Se trata de lo que se ha realizado en “la Asamblearia” una pequeña pero racional cooperativa que trabaja en el contexto de la Economía Solidaria que tiene como objetivos el determinar nuevos vínculos y relaciones entre las personas en una perspectiva de superación de la situación económica y social que surgió para establecerse durante el default de aquel país.
En los predios de la zona Norte de Buenos Aires participantes de la Asamblea del barrio Núñez y la Asamblea Popular de Núñez Saavedra, han constituido legalmente en marzo del 2003 “La Asamblearia” Cooperativa de Alimentación, Crédito y Consumo, abierta a todos aquellos que creen en sus principios constitutivos: promover el desarrollo de una amplia red de Economía Solidaria que haga posible la reconstrucción de las relaciones sociales alternativas a aquellas que impone el capitalismo neoliberal, aprobando y compartiendo la experiencia de autoorganización madurada de la experiencia del movimiento de la asamblea; el vínculo entre los actores del nuevo movimiento social es profundo, fundado sobre la resistencia a la catástrofe económica y social, vínculo que se potencia a partir del 19-20 de diciembre del 2001
La Asamblearia se propone distribuir y comercializar productos y servicios que son autogestionados de los diversos actores de la Economía Solidaria, procurando “el encuentro” con los consumidores responsables, vendiendo y comercializando productos de la economía social, realizadas en las fábricas recuperadas, actividades autogestionarias y movimientos de los campesinos.
El punto de encuentro es el intento, por primera vez en Buenos Aires, de instalar el concepto de un precio justo, en el cual se cristalicen una relación que trascienda la compraventa y supone un intercambio social en el cual es determinante el valor del trabajo incorporado.
A diferencia de la heterogestión, el capitalismo ordena y los trabajadores se subordinan, en las diversas formas autogestionarias serán siempre el trabajo y los trabajadores que determinan la forma y los objetivos de la actividad económica.
La Cooperativa La Asamblearia favorece la producción, distribución, comercialización y promueve el consumo de bienes y servicios autogestionados en las diversas formas que adopta hoy el pueblo argentino: empresas recuperadas (interesantísimas experiencias que abordará y vendrán en el próximo número de Cenerentola), empresas fracasadas, movimiento de campesinos autónomos que producen en modo tradicional al interior del país, cooperativas de pequeños productores agrícolas, apicultores que trabajan en el suburbano bonaerense produciendo con criterios agroecológicos en base a principios de “socio emprendimientos comunitarios”, asociaciones nacidas en el curso del movimiento social que atravesó la Argentina en los años 2000/ 2001/2002.
El todo mediante una amplia red horizontal que consagra con su funcionamiento una suerte de certificado de los procesos. Se garantizan que estos productos son coherentes con el criterio de calidad que presume el concepto de Economía Solidaria: (el propio objetivo y el propio método) con la garantía que solo son productos salubres, pero también libres de contaminación, y sobre todo realizados en condiciones de trabajo dignas, superando la explotación del trabajo humano.
Estos productos “autogestionarios” se encuentran con consumidores responsables, que, ejercitando su autonomía política en la elección de productos con estos valores sumado adicionalmente, considerando necesario y posibilidad el romper con la actitud pasiva del consumismo donde los centro comercial e hipermercados son monopolizadores de la comercialización, distorsionadores de los precios y catedral de culto al Dios Mercado.
De la experiencia realizada hasta ahora, la cooperativa “La Asamblearia” ha llegado a la conclusión que existe un amplio sector de consumidores dispuestos a optar por artículos elaborados en forma alternativa y a pagar por ellos un precio justo, que no refleje un deseo de lucro y aumento del capital, más que todo garantice a los productores la posibilidad de reproducir la vida propia con la dignidad de una jornada de trabajo libre y socialmente útil.
Promovido por la Cooperativa “La Asamblearia”, este conjunto de procesos: producción, distribución, comercialización, y consumo se encuentran integrados en la propia actividad, favoreciendo y estimulando el desarrollo del trabajo en redes. La actividad se realiza en tres caminos: en el mismo local, en los mercados ambulantes y al mayoreo. Un supermercado fallido tiene disponible una superficie de cerca de 200 m2, equipado para satisfacer a los compradores como para realizar encuentros y grupos de trabajos, no solo para vender al detal en donde todos los productos expuestos están acompañados de tarjetas que explican el origen y la historia de la fábrica que lo produce. La actividad de La Asamblearia se concreta también entonces a través de un grupo de vendedores, en los mercados ambulantes de pequeños comerciantes, y en forma de mayoreo en el encuentro con los consumidores sociales, que hay constituidos numerosos, y no solo en Bueno Aires, promoviendo la realización de nuevos grupos de consumidores asociados en el barrio y en los lugares de trabajo y estudio.
Cada individuo es un nodo de la red de Economía Solidaria que refuerza la de la red de la sociedad alternativa de los Argentinos “rebeldes”, la apuesta es grande en cuanto implica desarrollar una gestión popular de los recursos económicos en el contexto de la predominancia neoliberal y capitalista basada sobre el beneficio individual, se trata de desarrollar ahora, sin posponerlo en un futuro indistinto, realizándola a partir de la iniciativa de emergencia, fruto de la grieta social ocurrida en los salarios argentino; de la propia necesidad de supervivencia nace la posibilidad de establecer relaciones distintas y alternativas.
De lo sucintamente descrito se puede dibujar significativas y estimulantes indicaciones que queremos presentar a la atención del lector.
La realidad italiana parece ya sobre la calle de argentinizarse, el capital financiero, ha reducido de manera significativa los ahorros disponibles del pueblo italiano, el sistema firme resulta anacrónico y también la pequeña y mediana empresa, el eje de la estructura productiva, se están revelando inadaptadas con respecto al internacional, el mercado interno resulta asfixiado y poco propenso a abalanzarse en actividades consumistas, el humor, el sentimiento, lo vivido es siempre más impregnado de una difusa visión pesimista del futuro siempre incierto.
Parece que el neoliberalismo habría acabado con el propio papel histórico, funciona en sí y para sí pero no da más esperanza y perspectivas, al horizonte están las luchas solo por la posesión de materia prima, fuentes energéticas, el que puede dar la idea de poder dará cualquier paso adelante, entre otras cosas hacia una dirección en el cual la degradación del medio ambiente es el primer resultado tangible y predecible y en el que puede perpetuarse un estado endémico de guerra total, pero de baja intensidad, se puede con tranquila seguridad preverse
Nosotros pensamos que nunca podremos llegar al nivel de miseria que se manifestó en Argentina; nos jactamos de una economía mayoritariamente estructurada, fuerza social histórica arraigadas, el estar enganchados al euro, y la idea que a nosotros no nos sucederá porqué “no somos como la Argentina”; en realidad podemos pensar que somos más pobres que ellos y que nuestra verdadera riqueza es el turismo, el patrimonio artístico, la belleza natural: nuestro petróleo, se está lentamente pero inexorablemente canalizando para los “sanos” principios de la privatización, el fenómeno del agotamiento de la soberanía popular en la confrontación de los bienes colectivos reducirá ulteriormente la capacidad del pueblo italiano de gestionar la propia riqueza que quedará como prerrogativa de los lobby y de los potentados
Espacios y perspectivas nuevas se están delineando en el horizonte debiéndose pensar en dar una respuesta concreta a la incipiente crisis económica. El esfuerzo de corresponder con actividades que funcionen económicamente, en grado por tanto de garantizar la supervivencia de la dignidad en la equidad, será nuestro próximo terreno de enfrentar con la realidad que se está determinando bajo nuestros ojos. Activa desde este momento de enfrentamiento y de coordinación entre todos aquellos que están operando en el mundo económico con el fin de superar el estado actual de las cosas existentes, como se decía, es la tarea que en breve se deberá afrontar.
La redacción de Cenerentola se pone a la disposición en acoger contribuciones, sugerencias y acciones concretas, hecho de experiencias reales, que puedan contribuir al objetivo común de determinar nuevas formas de economía en el surco de la solidaridad y de la dignidad.

Nota: La Asamblearia sigue funcionado y puede visitar su blog en la siguiente dirección: http://asamblearia.blogspot.com/p/economia-solidaria_19.html
Este artículo fue publicado originalmente en la revista Cenerentola nº 38,el 07 de junio de 2001, puede visitar su página en el siguiente link: http://www.cenerentola.info/
Sobre el autor: Nerio Casoni (1953-2010) fue un activo militante anarquista, pensador y promotor. Siendo el primer anarquista en pisar la isla de Cuba después de 50 años de dictadura Castro comunista.