Sin duda la crisis de escases de alimentos en el plato del venezolano, es atróz, pese a la ferrea intención de ocultar la situación desde las oficinas del burocratismo estatal, la crisis se dibuja en los rostros flacuchentos de los venezolanos que caminan por las calles con su vestimenta vieja, roida y quizás prestada. Ayer un compadre me dijo, está ropa y estos zapatos eran del difunto. Su hijo murió hace unos meses en un accidente automotor.
Los conucos de los campesinos de Táchira, Trujillo y Mérida, son lo que nos han sacado las patas del barro con el tema de la alimentación de la población venezolana y sin embargo el gobierno sigue poniendo si vista en otro lado.
A todas estas el gobierno venezolano y los ministerios involucrados siguen es su plan de la economía de puerto, no les importa para nada la producción, militares desonestos son los responsables de las importaciones de los productos para en sustento diario del venezolano, es un gran negocio éste de las importaciones de alimentos. De allí que su interés no esté orientado a fortalecer la producción agrícola nacional, si no a proteger los bolsillos de militares corruptos quienes perfectamente ubicados por ramo de importación, usufructuan los recursos del estado, que son recursos de todos los venezolanos.
En torno al café la dinámica es mucho más brutal. Este producto como no es considerado de primera necesidad, allí cobran y se dan el vuelto. Importan fertilizantes que nunca llegan a los cafetales del campesino que tiene que hacer milagros para nutrir sus plantas. A ellos les asignan los dólares para traer los insumos agrícolas, fertilizantes, que con seguridad van a parar a los bolsillos de la nueva Oligarquía Revolucionaria promovida desde las altas esferas del gobierno nacional. Capitanes y civiles de altos quilates son los dueños de la compra del café verde, si no lo creen visiten Biscucuy y hablen con la gente, con los campesinos. Mientras tanto los cafetales desnutridos son el sustento de corruptos y traidores.
En resumen, pensé que el gobierno no tenía política de estado para gobernar la patria, pues me equivoqué, no hay producción agrícola porque el gobierno ha decidido la economía de puerto como su política de estado para obtener los alimentos que consumimos todos. Todo esto ocurre mientras nos intoxican con videos y programas de televisión dónde muestran un ilusa realidad que está muy alejada de lo que vivimos en el campo.
Hasta que asumamos la defensa de nuestros derechos, hasta que de modo organizado elevemos nuestras demandas y propuestas, hasta que entendamos que solo integrados como campesinos y agricultores de la patria veremos las luz al final del túnel.
Hasta que el campesino se organice y pelee sus derechos, está será la realidad que veremos por siempre en los campos de nuestra hermosa patria adolorida.
Esta es la razón fundamental por la que Fundaconuco convoca a reunirnos en Biscucuy este 12 y 13 de febrero, desde este pie de monte surgiran las respuestas que el campesino y el país reclama.