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En los últimos 2 meses han fallecido 6 indígenas de la comunidad “Momi” en el sector Alto Ventuari, del municipio Manapiare de Amazonas, a causa de un padecimiento que no ha sido diagnosticado por falta de personal médico en la zona.
Ariosto Apiama, miembro del pueblo indígena sanema y habitante del sector, informó que desde finales del mes de julio varios miembros de la comunidad Momi han padecido de la referida enfermedad, que se manifiesta a través de fiebre alta, tos, gripe, vómito y en ocasiones diarrea.
El primer fallecido fue el indígena Tecasi Apiama de 51 años de edad, seguidamente, Sito Panapanay (26), Nota Apiasoma (21) y tres niños entre 5 meses y 2 años. Los actos funerales se hicieron conforme a los usos y costumbres del pueblo sanema: la incineración, por lo que oficialmente ninguna autoridad ha tenido conocimiento de estas defunciones y sus causas.
Luego de estos fallecimientos, otros 7 indígenas (5 adultos y 2 niños) que padecían estos síntomas fueron trasladados a pie entre la selva y durante dos horas a la comunidad yekuana “Cacurí”, y salieron vía aérea al hospital de Puerto Ayacucho, donde están recibiendo atención médica, a pesar de la crisis de medicamentos y de infraestructura que experimenta.
Recordamos que también en Amazonas, el enfermero de la comunidad Mavaquita denunció recientemente a Kapé Kapé el fallecimiento de 5 niños yanomami de las comunidades Mioma y Crepuwei.
En su momento, los pequeños no recibieron ningún diagnóstico de la enfermedad, y de acuerdo a lo que pudo observar el enfermero en el seguimiento de sus casos la misma se manifestó con la presencia de llagas en el labio superior, que se fueron extendiendo hacia el resto de las caras de los niños, hasta el punto de carcomerle parcial y totalmente la nariz. Los niños fallecieron entre los 6-10 días de iniciar la afección.
Con ambas situaciones una vez más queda en evidencia el descuido por parte del Estado venezolano de su deber de garantizar la salud y la vida de las y los venezolanos, lo que implica condiciones dignas y un sistema de salud óptimo, en especial para aquellos sectores más vulnerables de la población como lo son las comunidades indígenas.
A pesar que las autoridades sanitarias del Amazonas tienen conocimiento de estos brotes, en el caso de las comunidades Mioma y Crepuwei, porque fueron notificados por el enfermero del sector; y de los enfermos de Momi porque están siendo atendidos en el hospital de Puerto Ayacucho, no se ha activado ningún programa de atención y diagnóstico para conocer sobre estos males que siguen cobrando vidas de indígenas, especialmente en los lugares más recónditos de la selva donde la atención médica llega a cuenta gotas o por medio de los tratamientos ancestrales.