PDVSA y escasez de agua en la Faja Petrolífera del Orinoco

San Diego de Cabrutica es una pequeña población de no más de 4 mil habitantes cuya economía depende casi en su totalidad de la actividad petrolera. Al estar en pleno corazón de la Faja Petrolífera del Orinoco, se mueve al compás de los ciclos del petróleo, lo que trae consigo un aumento de la actividad y del ingreso, al mismo tiempo que deja los aspectos negativos de dichos momentos. Desde hace varios años es la sede de las operaciones de producción de una empresa mixta (Petrocedeño) de la que han sido socios Petróleos de Venezuela, Total (Francia) y Statoil (Noruega), así como lugar de paso para operaciones de Petro San Félix (100% venezolana). Varias empresas de servicios petroleros tienen también oficinas operativas y personal en San Diego. Durante años, los habitantes permanentes del pueblo, han presionado en forma más o menos organizada para obtener el servicio de agua potable, tanto al Gobierno nacional y regional, como a las empresas petroleras y de servicios. En algún momento, como parte de los programas de responsabilidad social de las empresas, fue construido un pozo con un tanque y una bomba. Sin embargo, no se construyeron instalaciones para la distribución, cosa que se logró después de varios años, por la presión comunitaria. En este momento, San Diego sigue sin una red de distribución confiable de agua y la que sale del pozo es un agua verdosa, no apta para el consumo humano. En buena parte, el pueblo está obteniendo su agua de camiones cisternas pagados por Petrocedeño. Hace dos años, Petro San Félix inició la compra de 4 plantas de tratamiento de agua, para mejorar esta situación, pero las mismas aún no se han instalado. Por su lado, las empresas petroleras y de servicios, toman su agua del acuífero conocido como Florencio y cuentan con el servicio para su personal y operaciones. De este mismo acuífero se surten los camiones cisternas que llevan el agua a las viviendas y la percepción general es que esta actividad se ha convertido en un negocio, ya que lo paga la empresa petrolera. Por lo tanto, no parece haber incentivos para cambiar esta situación. Si bien la comunidad se ha organizado en algunos momentos y ha logrado ejercer presión de forma exitosa, el logro total es pequeño y algunas victorias han sido muy puntuales. Casi todas las organizaciones de base han sido cooptadas por el partido de gobierno, ya sea a través de la presión o a través de la entrega directa de recursos económicos para diversos proyectos que luego no se concluyen. La mayoría de estas organizaciones han sido convertidas en apéndices del gobierno, lo que les ha quitado su capacidad de movilización. La deficiencia del servicio de agua potable (así como la falta de una red de aguas servidas), sigue allí. Algunos activistas mantienen la presión, a través de la radio, la prensa escrita y las redes sociales.


Publicado el 20 de febrero de 2018

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