Ataque de EE.UU. incrementa el drama de Siria

Un cambio en la política militar americana se acaba de dar con el ataque de misiles Tomahowk desde un buque de guerra de esa bandera para destruir una base aérea siria bajo el pretexto del uso de gases químicos por parte del régimen de Bashar El Asad. Fue una ostensible demostración de poderío bélico de Washington. La nueva orientación abandonó el criterio de Obama de contribuir con la destrucción del Estado Islámico pero manteniendo una actitud de equilibrio en el conflicto interno de Siria.

La respuesta rusa no se ha hecho esperar y ha denunciado esta iniciativa como lesiva a las relaciones entre ambos países y ser una ventaja para el Isis porque daña a un sector al cual se ha enfrentado, el gobierno de Al Asad. Sin embargo, los rusos fueron notificados previamente de la ofensiva y el Departamento de Estado los acusó de ingenuos o en el peor de los casos, incompetentes al no haber impedido la utilización del gas sarín. Además, el sector ocupado por los rusos en la base no fue objetivo de los cohetes.

ANTECEDENTES DE ARMAS QUÌMICAS

El gobierno de Al Asad ya había usado gases contra el pueblo sirio hace dos años cuando fue advertido por los americanos de no continuar y los rusos mediaron para impedir cualquier ofensiva de Washington. El canciller Sergei Lavrov se dirigió a Damasco para negociar logrando que el presidente sirio destruyera el arsenal químico. Al alcanzar el acuerdo, el pentágono se abstuvo de represalia militar.

Como apreciamos, no es la primera vez que el régimen sirio utiliza un armamento químico prohibido internacionalmente sin el menor pudor. Siempre lo niega, pero al igual que su par Saddam Hussein contra los kurdos, se comprobaba su uso. En medio del cruento conflicto vivido en ese país árabe el ejército oficial apela a cualquier medio para sostenerse en el poder y Bashar Al Asad, apoyado por los rusos, iraníes y Hezbolà, busca perpetuarse como su padre.

LA BALCANIZACIÒN SIRIA

La confrontación bélica en Siria es de todos contra todos. Hay varios segmentos enfrentados: el gobierno actual acompañado con el ejército regular sirio; las fuerzas aéreas, la armada y los asesores rusos apuntalando al régimen; Hezbolà y los iraníes también apostando al presidente; el ejército libre de Siria, patrocinado por Occidente ahora abandonado a su suerte; los kurdos en el norte en la búsqueda de establecer una confederación; el Estado Islámico como parte de su proyecto de constituir una soberanía y cuya capital es Al Raqa, ubicada en Siria; el Frente Al Nusra, originalmente sucursal de Al Qaeda ahora denominado Frente de la Victoria para el Gran Pueblo de Siria; y una miríada de grupos islámicos oscilantes entre los distintos bandos en acción.

El territorio de este país es un teatro de operaciones ideal por la ubicación geográfica ubicada entre el Levante y el Mediterráneo. Es un corredor territorial para que Irán llegue al mare nòstrum y los países exportadores de petróleo como Iraq puedan llevar mediante oleoductos el oro negro a ese piélago. Es la geopolítica la punta de lanza para este espacio creado por la repartición del colonialismo europeo luego de la caída del imperio otomano en la región.

Lamentablemente esa es la razón por la cual hay interés de los grandes factores mundiales de poder en este segmento del Oriente Próximo. No hay petróleo, gas ni minerales estratégicos. Es la situación y la oportunidad que conspiran a favor de crear prestancia en Siria. De lo contrario nadie estaría allí combatiendo.

INTERESES GLOBALES EN LA ZONA

El Medio Oriente tiene un gran atractivo por ser el lugar de producción petrolera, esa gran materia prima que ahora tiene sus días contados como fuente energética. Pero además existen otros agregados para tener presencia como ser buen cliente en la industria armamentística y poseer en esta región una presencia militar con bases navales o aéreas.

Para la Unión Europea es trascendente porque de allí, específicamente del área del golfo pérsico, se encuentra el petróleo consumido por la mayoría de los países del viejo continente. Rusia tiene intereses estratégicos en Siria porque ha sido su aliado ancestral desde la derrota en la guerra de los seis días y en la de Yom kippur cuando la Unión Soviética existía. Asimismo, por la situación de confrontación permanente con Israel y ahora internamente, la administración siria se convirtió en un formidable comprador de armas de guerra a Moscú. Por último, el actual presidente sirio ha permitido a la Federación Rusa establecer dos bases militares en esa nación, una naval en Tartus y una aérea en Jmeimim y aparte se ha comprometido a reconstruir la destruida por la acción americana.

Estados Unidos siempre ha poseído interés en la región por múltiples razones. En principio por la colaboración con Europa como aliados occidentales; luego porque una nación árabe, Arabia Saudita, es el principal exportador de crudo hacia el Tío Sam, no siendo los demás Estados de esa porción del globo terráqueo sus socios petroleros; y finalmente porque siendo una potencia con presencia en todo el orbe tiene potestades para ayudar o atacar a quien desee por conveniencia.
En el caso de Siria hay varias conodiciones para la supervisión gringa. Una, la pérdida de control sobre los integristas islámicos de Al Qaeda y el ISIS, financiados por las monarquías del golfo arábigo. Esta coyuntura la resolvieron bombardeando a ambas organizaciones junto a los europeos y rusos. Pero la postura de Obama se traducía en firmeza contra los fundamentalistas, una suerte de neutralidad en la guerra intestina siria abandonando al Ejército Libre de Siria y dejando virtualmente en Rusia el destino de la gobernabilidad de esta nación.

No obstante, con el advenimiento de Donald Trump se han revisado muchas políticas, entre ellas la exterior y específicamente la de Siria. El empresario del espectáculo ha reimpreso la tesis del destino manifiesto de los Estados Unidos, impulsando en economía el estímulo a la producción industrial autóctona mediante posiciones tributarias proteccionistas; y en sus relaciones internacionales incentivando el orgullo y la identidad americana soportada en la fuerza, vale decir, en la capacidad de su aparato bélico, el desarrollo del complejo militar industrial y la disuasión inferida de esta condición de primera potencia en el plano de la guerra.

EL DESPOTISMO MATERIALIZADO POR BASHAR AL ASAD

El actual Jefe de Estado sirio heredó de su padre Hafez Al Asad la jefatura del gobierno. Fue designado por su progenitor como sucesor ante el peligro de muerte por un cáncer como en efecto ocurrió. Desde Londres, donde estudió y trabajó, fue ungido como presidente y realizó una reforma constitucional para instituirlo como tal. Una monarquía bajo la formalidad republicana.

Hafez Al Asad liquidó la continuidad de las asonadas militares del país, cotidianas desde la independencia de Francia en 1945. Para ello estatuyó un gobierno autoritario capaz de abatir cualquier disidencia como lo hizo en la ciudad de Alepo con la Hermandad Musulmana. Le dejó en bandeja de plata a su heredero todo el aparato represivo y militar instalado en Damasco.

Bashar Al Asad continuó la saga atrabiliaria de amplia tradición en Siria. El partido Baath y la fuerza armada, fueron el sostén de su gobierno junto a la asesoría rusa. A pesar de su background tiránico y violador de los derechos humanos, cierta izquierda internacional le ha brindado su apoyo simplemente porque no responde a las políticas americanas y sí a las rusas, en una muestra de carencia de ideas e imaginación. De allí que muchos integrantes de la siniestra internacional se abstienen de criticar al dictador so pena de favorecer a los yanquis.

Este dictador representa lo peor del poder. Ha sido un represor intermitente, ha perseguido a todos los opositores y maneja al país con mano de hierro sin importarle nada más que mantener la opresión. La primavera árabe llegó a su nación pero gracias a la confluencia de factores internacionales ha podido sobrevivir sobre todo con el apoyo de otro autócrata como es Vladimir Putin.

LA DESTRUCCIÒN SIRIA

Los norteamericanos, los rusos, los europeos, los turcos y los fanáticos musulmanes hacen un juego macabro en Siria porque sus perspectivas están por encima del derecho a vivir en paz. No quieren nada bueno para la nación y buscan satisfacer sus ambiciones. De todo este mosaico infernal apenas una luz de esperanza surge en la sección norte fronteriza con Turquía. Me refiero a la región de Rojave donde se presenta un experimento social interesante. Los kurdos han abordado los problemas con una vigorosa opción transformadora buscando la igualdad de género, el vegetarianismo y la asociación voluntaria pretendiendo una senda federativa con sus vecinos.

El conflicto interno del país ha causado una ingente destrucción. La infraestructura y la planta física se encuentra en el suelo por los infinitos bombardeos, los muertos pasan de cientos de miles, millones de personas son lanzadas a una emigración forzosa, la violencia es el canal normal de la vida cotidiana, la intolerancia es la norma de convivencia y la rendición a los beneficios de quienes dominan al mundo, constituyen la impronta de este pueblo árabe que merece un mejor destino. La imagen del niño ahogado en las aguas del Mediterráneo en el contexto de un naufragio es el significante más aciago que pueda evocarse. Ojalá puedan los hombres y mujeres de este lugar del mundo superar esta tragedia que enluta a la humanidad.


Publicado el 11 de abril de 2017

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