Carta abierta a Rodney Álvarez, preso político obrero

Por un amigo común sabemos que eres un hombre de pueblo, un venezolano de a pie, un trabajador de la empresa Ferrominera del Orinoco, un buen hijo, un buen padre de familia, hasta que un día, hace ocho años, en una actividad convocada por tu sindicato en el portón de la empresa, en medio de una trifulca provocada por el sector oficialista para sabotear la asamblea donde se nombraría la comisión electoral del sindicato, fuiste el escogido por el PSUV para que asumieras la autoría del homicidio cometido por un militante de ese partido contra Renny Rojas.

Ese 9 de junio de 2011 cambió tu vida. A pesar de todas las pruebas, videos y declaraciones de los asistentes a la asamblea, que incriminaron a Héctor Maicán, militante oficialista y allegado al entonces gobernador del Estado Bolívar, General Rangel Gómez, Maicán fue liberado y tú fuiste acusado y apresado. La “verdad oficial” se impuso y los poderes públicos, secuestrados también por el gobierno, se activaron contra ti. Lo que importa es que tú has demostrado tener DIGNIDAD, esa virtud de la que carecen tus captores.

DIGNIDAD es ante todo ser autónomo, no mendigar, no vender los principios por ninguna prebenda, así esa prebenda sea la libertad o la vida misma, como en tu caso. Decimos que estás enseñando a tus hijos, a tus hermanos trabajadores, a las organizaciones sindicales, a tantos partidos auto nombrados revolucionarios, progresistas, comunistas, socialistas, de izquierda, lo que significa en la práctica el concepto de DIGNIDAD; también a la sociedad venezolana hoy acorralada y sometida por esta híbrida dictadura criollo-cubana.

Siempre has estado claro que eres un PRESO POLÍTICO y las condiciones en las que te han mantenido todos estos años los esbirros “bolivarianos” desnuda ante el mundo la falsedad del discurso revolucionario y humanista de esta estafa histórica autodenominada Socialismo del Siglo XXI. En la insurrección armada de los años 60 los “demócratas” adeco-copeyanos asesinaron, desaparecieron, torturaron y encarcelaron a cientos de estudiantes, obreros y campesinos. Los reos que no claudicaban, que no eran doblegados por la tortura, que no delataban a sus compañeros, eran confinados en centros penitenciarios mixtos como La Modelo, La Pica, Tocuyito o el Cuartel San Carlos entre otros, pero con la condición de PRESOS POLÍTICOS, LOS IRREDUCTIBLES. Ellos se ganaron ese respeto tanto de sus verdugos como de la población de presos comunes. En ese tiempo la doctrina anti-insurgente era dictada por el imperio yanqui a través de la Escuela de Las Américas por donde pasaban los oficiales venezolanos y de los demás países de la región.

Hoy la pauta represiva la marca el estado cubano, alumno aventajado del imperio ruso en esta materia, con aportes chinos, turcos, iraníes… Los presos políticos de esta dictadura, IRREDUCTIBLES como tú, son sometidos a un ensañamiento continuado destinado a quebrar la moral del reo, a mostrarlo como ejemplo y amedrentar a todo aquel que piense disentir del régimen. A ti te han agredido físicamente, por encargo del régimen, en tres ocasiones causándote heridas y lesiones graves, una de ellas te dejó inmovilizado el brazo derecho, pero no así la moral.

Decíamos que tu caso deja desnuda ante el mundo la estafa chavista por muchas razones. La cara que se asoma en el teatrino de la dictadura, cada vez que puede se ufana de ser el Presidente Obrero, que viene de militar en el Movimiento Político Ruptura, de ser un socialista por naturaleza. Él es el primer responsable, al lado de la ministro de prisiones, del de interior y justicia y demás ministros de lo que te ha ocurrido y te pueda ocurrir en manos de sus esbirros. Lo acompañan en esa responsabilidad el poder moral encabezado hoy por Tarek William –antes como Defensor del Pueblo– y la ex Fiscal General la china Luisa Ortega, ambos también ex militantes de Ruptura; y también el poder judicial a través de los jueces que siguen en el empeño de cumplir la orden de condenarte.

La frustración del Estado forajido es que no ha podido doblegarte. Después de declararte en rebelión te conducen al tribunal a golpes y esposado y siguen chocando con el muro de la DIGNIDAD. Sigues sin asumir un homicidio que no cometiste. Triste resultado para la banda delictiva que dirige nuestra nación y un gran orgullo para ti como digno exponente de la clase trabajadora.

Rodney, seguro estamos que debes sentir mucha tranquilidad, esa de la que no disfrutan, por ejemplo, los hermanos Rodríguez, víctimas de la represión adeco-copeyana de la cuarta, hoy convertidos en sanguinarios represores, cómplices de enterrar vivos a quienes los adversan en la tumba, de matarlos en sesiones de tortura o lanzarlos muertos al vacío. Ellos te respetan, no lo dudes. Sienten mucho miedo de ti, porque saben que aún asesinándote, tienen esa batalla perdida.

ESPERANDO ENCONTRARTE PRONTO EN LA CALLE, SALUDOS FRATERNALES HERMANO!!

Guillermo Sira
Rosa Pèrez
Elio Rodrìguez
Enrique Urquiola


Publicado el 27 de octubre de 2019

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