Somos ratones de laboratorio usados para experimentar la sociedad del futuro. El mundo nos pasa por encima mientras la humanidad se distrae en averiguar qué ha pasado con las trompadas de Will Smith en los premios Oscar, o anda pendiente de las parejas de los artistas famosos de quienes no sabemos si son hombres o mujeres. Mientras en eso nos distraen el planeta continúa girando e incrementando su recalentamiento alcanzando niveles de no retorno, pareciera que estamos condenados a la extinción. Suena como agreste está apreciacion pero este mundo es plástico como lo describía aquella canción de la Fania y luce profundamente distraído.
Las nuevas generaciones las están convirtiendo en autómatas usando para ello un perfecto plan de dominación en el que caen como presas en trampas diseñadas e instaladas por cazadores furtivos. Los niveles de indiferencia ante el deterioro del planeta son altos y crecientes, andamos ocupados en sobrevivir unos y en tragar ilusiones los otros. Nuestros muchachos se gradúan de bachilleres sin conocer un microscopio, una bureta o un escalimetro. En un pueblo lejano como el mío, distante de los centros de desarrollo, en el licéo de mis tiempos, con menos recursos, existían cerca de cinco laboratorios perfectamente equipados, biología, química, física, ciencias de la tierra son los que se me asoman a la memoria ahorita en que escribo estas letras. Pregúntele a su hijo que está a punto de graduarse de bachiller si ya ha manipulado un microscópio, o a un ingeniero de la misión tal o cuál si ha logrado manipular esta pieza que pareciera de museo. Nuestros ingenieros en producción animal se gradúan sin conocer una vaca o un cerdo y eso no es culpa de los muchachos.
La muchachada que sale graduada hoy día y que constituye el ejército generacional que serán el relevo de los ya mayores, no conocen ni aplican una regla de tres simple, menos aún saben cómo cubicar un tanque o deposito de agua para calcular su capacidad de almacenamiento. Nuestro sistema educativo se reduce a un "corta y pega". El maestro Simón ha sido sustituido por el profesor Google y santa wikipedia.
El conocimiento está siendo secuestrado y en breve solo podremos leer lo que nos permitan en la biblioteca de las redes y ya sabemos quién controla la nube. Los libros en tinta y papel desaparecen aceleradamente. Se avecina una sociedad de autómatas dirigidos desde ese aparato que todos cargamos en el bolso y del cual no podemos separarnos pues dejaríamos de existir. Ya estamos en la era del TRANSHUMANISMO y sin darnos cuenta el conocimiento esta siendo privatizado.