Por mucho tiempo se ha venido hablando del tema fronterizo, los acuerdos y desacuerdos entre el Palacio de Nariño y Miraflores, desde los tiempos del Comandante eterno, ha sido el comodin mas utilizado por los gobiernos de esta revolucion socialista. Colombia y Venezuela desde la separacion de la Gran Colombia creada por Bolivar no han cesado de intercambiarse afectos, culturas, bienes y por supuesto amorios generadores de familias colombo venezolanas. Contra esos sentimientos no podran ni los falsos positivos que desde este lado inventan los sectores radicales del oficialismo y la oposción ni las berraqueras del ultra derechista Uribe.
En paralelo mientras los politicos especialistas y asoma’os en la materia, se atreven a balbucear palabras referentes al intercambio comercial, en nuestro casi desaparecido mercado binacional, las amenazas de intervencion extranjera con el ropaje de la ayuda humanitaria y el paramilitarismo, siguen negandose hacer parte de una historia ya superada. Estos hechos de forma recurrente aparecen cada vez con mas fuerza inusitada, poniendo en vilo la precaria paz de la región.
En ocasión de acercarme al hermano territorio bolivariano, un tanto para ver si podia comprarles unos cauchitos a mi viejo Toyota, y para observar sin intermediarios y opinadores de oficio, la diaspora reinante en los caserios, pueblos y ciudades cercanas de ese pais, pude calibrar en vivo y directo como los irregulares son el nuevo estado paralelo que opera en la frontera. Parafraseando a Chavez, Venezuela limita ahora por el oeste con la delincuencia, una vez que la guerrilla fundada por Marulanda hace rato desmanteló sus frentes guerrilleros.
Mientras cavilo sobre esta otra cara del trajinar fronterizo, justo al salir de la agonizante Paraguaipoa, aparece la primera "Alcabala" a escasos metros de la Guardia Nacional. Alli está el poder armado del terror y la extorsión, hecho un asunto cotidiano para quienes se atrevan a cruzar la frontera. Anuncia el chofer del viejo Conquistador Full Equipo, que todos debemos pagar la "Prote" a partir de estos mecates y hasta donde comienza la raya fronteriza colombiana.
Asi se inicia esta operacion simulada por la imagen "generosa" de una joven wayuu, quien asoma su cara por el vidrio para pasar revista de la mercancia que le tocará resguardar, junto a otro joven goajiro, que el arma no se le ve, pero si alguien se negara a dejarse martillar, de seguro le daran su cachazo por la cabeza. Mientras transcurre nuestro peregrinar del turismo delicuencial con la venia de nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, voy viéndole la cara a la joven guajira y al otro muchacho que muy bien deberian estar en una aula de clase y no delinquiendo a plena luz de dia, en estas tierras deserticas de las que en una oportunidad nos fabuló Romulo Gallego. Alli van los dos, asidos uno en la parte delantera y el otro encaramado en la maleta del todavia potente conquistador, que se desplaza raudo y protegido por estos dos guardaespaldas de todos los pasajeros, que en medio de un silencio sepulcral, no se atreven a decir esta boca es mia.
¡Dale Varon. Dale Varon! es el "santo y seña" que le van anunciando al chofer, en demostracion de que nada malo va a ocurrir cada vez que llegamos al proximo mecatillo. Alli estos guardianes sin uniforme, se arreglan con los cobradores del peaje de turno. Mientras tanto a escasos 50 mts de distancia toca la revisada de la Guardia Nacional, quienes con caras amenazantes te observan a ver si eres capaz de denunciar a los paramilitares, para que en el acto te levanten un expediente que de seguro le servirá a la guarnicion militar de la zona, para dar una rueda de prensa y anunciarle al mundo, que detuvieron en flagracia a cinco "terroristas" cuando se desplazaban sospechosamente hacia la frontera, con apoyo de Duque y toda la godorria colombiana.
Sean ELeNos, disidentes de las Farc, Paramilitares o simples delincuentes extorsionadores. Aqui estamos obligados a soportar estas peligrosas actividades, que a la luz del dia y ante la vista gorda de funcionarios civiles y militares, estan copando, casi de forma rutinaria, la vida economica y social de nuestros territorios fronterizos. El gobernador Omar Prieto ni se da por enterado de estos peajes bandidescos, con el peligro de que se instalen en cada una de las Urbanizaciones, barrios y calles del restos de los municipios del estado Zulia. Ya en el Edo. Amazonas se sabe muy bien lo que son estas alcabalas del terror.