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Nicolás Maduro acaba de decir que, en nombre del Poder Constituido que dirige, establecido desde hace más de 15 años, se transformará "mágicamente" en Poder Constituyente. Los estalinistas de ayer, sin ningún tipo de acto de reflexión o reconocimiento de sus errores, se presentan como los heterodoxos de hoy.
No solamente es un problema conceptual entre los (mal) lectores de Antonio Negri. Maduro anunció que sus intenciones son "mejorar" la Constitución con algunas "cositas" que le hacen falta, cuando en honor a la verdad para modificar la Carta Magna existen otros métodos, claramente establecidos por ella, como la enmienda o la reforma. El madurismo, una cúpula enferma de poder, de esta manera le da un golpe a la Constitución de Chávez para aprobar un NUEVO mamotreto en el cual se coloquen en el mayor marco jurídico del país la política que les ha caracterizado en estos tres años: Las razzias del Operativo de Liberación del Pueblo, la entrega del país mediante los Arcos Mineros por venir, la humillación del hambre de las bolsas CLAP, que engordan los bolsillos de viejas y nuevas cúpulas, el tráfico de sustancias realizadas desde el mas alto nivel, la militarización del país a partir del Plan Zamora. La intención de la fraudulenta Constituyente es mantenerse en el poder, mediante parapetos legales, creando una nueva Carta Magna a su medida.
La respuesta frente a tales pretensiones debe ser la huelga salvaje generalizada y la desobediencia civil. Los "intelectuales" de izquierda que sigan en sus banquetes y en sus cuentas twitter. Nosotras preferimos confundirnos con el pueblo común que viene protestando, como aquella mujer que se colocó frente a una tanqueta de la Guardia Nacional, expresando toda la valentía de quienes no se rinden para defender el poco de dignidad que les queda.