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En numerosas oportunidades en el colectivo de Tercer Camino, hemos venido afirmando que en el mundo no se conoce el socialismo, lo que han llamado socialismo es una versión que se ha convertido en una especie de hibrido, donde se combinan formas de propiedad privada individual, con formas de propiedad privada del estado. Todos los modelos societarios, que se generaron y nacieron alrededor del “marxismo” o bajo la influencia de éste, sencillamente fracasaron y fracaso producto de que tales “revoluciones”, fueron revoluciones atrapadas, amarradas, entrampadas y dependientes, de quienes pretendían repartirse el mundo, unos en nombre del capitalismo y los otros en nombre del socialismo. Un socialismo que nunca existió y que termino sin argumentos y razones para seguir sosteniéndolo y seguirse justificando. Esos modelos llamados “socialismos” derribaron el capitalismo privado, pero en su ejecutoria pasaron a un capitalismo de estado, dejando en la estructura social y productiva las mismas contradicciones entre ricos y pobres, que dentro del capitalismo se genera, los mismos privilegios para una clase gobernante, que se burocratizo y corrompió en el ejercicio del poder. La experiencia del mal llamado “socialismo”, mostró que aunque desprovisto de un mercado competitivo y de propiedad privada individual, funciono en la práctica, con los mismos mecanismos del capitalismo, la acumulación originaria del capital, se daba en la misma forma, extrayendo incluso plusvalía del trabajo asalariado y reservando la propiedad privada de los medios de producción, a una burocracia estatal colectivista.