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A pesar del control social sobre la población, de la represión, de la cárcel, en Venezuela, el pensamiento crítico queda abierto y la lucha sigue. Más de 7 millones de personas se fueron pero, quedó la indignación, aquí como afuera. Si todo parecía terminado, la violencia institucional triunfar, la extrema pobreza y la represión haberlo aplastado todo dándole la mano a la resignación, hubo una sorprendente respuesta popular después del resultado anticipado de las elecciones presidenciales.
Como una vuelta al origen, pero la fotografía del país es incomparable con la situación de Venezuela en la época del caracazo. Vuelta al punto de partida, pero se sabe que una situación caótica dónde dominan deudas y corrupción no basta en sí para dar a luz a un cambio profundo. Lo testimonia la revolución bolivariana y su viraje neoliberal y dictatorial puesto en marcha por Maduro y denunciado desde hace años.
Lo positivo de la situación en este momento post electoral es ver la capacidad de la gente a organizarse sin llamado de la oposición, construyendo una resistencia a la narrativa gubernamental y al gobierno que pretende ser portavoz de la clase obrera y del mundo popular. El gobierno no logró domesticar a la población que expresa su rechazo en las calles, y no volverá la democracia en Venezuela sin la participación del pueblo ; más allá de saber si la oposición tomará o no el poder después de la boliburguesía, la cuestión es de saber si l@s trabajadores pueden construir sus propias reivindicaciones e imponerlas. Esperamos que este camino hecho de marchas y de cacerolazos será la ocasión de confiar más en nosotr@s, y mucho menos en la burguesía y sus profesionales de la política. Hay una historia larga de lucha en Venezuela dónde nos damos cuenta que la cuestión democrática nunca es independiente de la cuestión social. Así, lo ideal sería construir una oposición que tome en consideración la cuestión democrática como la cuestión social, y eso sin hacer abstracción de las reivindicaciones de las mujeres que también tienen que ver con la cuestión social. De hecho, cuando empeora la pobreza son las mujeres las que en primer lugar tienen que multiplicar los trabajos para la subsistencia, para sacar recursos, además del trabajo doméstico para mantener a la familia. Así, satisfacer las reivindicaciones sociales que circulan desde años en el sector educativo o de salud, asi como en muchos otros sectores sería también una medida feminista que podría limitar la pobreza a tiempo corto, y también limitar la relación de dependencia o de violencia que puede ocurrir en aquel situación. Estas protestas son la ocasión de volver a hablar y de defender la repartición de la riqueza, la inversión en los servicios públicos, para que sean gratuitos y de calidad para tod@s, y la reivindicación clave y constitucional de un sueldo y una pensión a nivel de la canasta básica. El pueblo tiene que construir sus propias reivindicaciones, sus propios contrapoderes para no dejar el paso a una nueva burguesía que quiere quitarle los privilegios a un grupo social (la boliburguesía) para mejor recuperarlos para ella misma. Si la transparencia electoral es fundamental, la lucha de hoy en Venezuela no se limita a eso. Deberíamos aprender de la historia de ya no darle un cheque en blanco a los políticos, y mucho menos cuando vienen de la burguesía o del madurismo ; y mientras luchamos, aprendemos.
Luchar, organizarse
La lucha puede tener un aspecto defensivo porque mientras hay este terremoto político que es el Madurismo que gestiona el país con mucho más violencia y militares que en el pasado, hay que defender lo poco que se tenía que ya era demasiado parece. Poco a poco el país cayó en otro ámbito. Es la primera vez que la democracia es atacada tan de frente. La defensa de la democracia es también una lucha en contra de la degradación material de las condiciones de existencia y es sobre este aspecto que hay que insistir. Hay toda una serie de leyes por cancelar como será necesario cancelar el memorándum 2792 que ha destruido las convenciones colectivas de l@s trabajadores dando más poderes a los patrones. En eso también l@s trabajadores se pueden pronunciar porque como lo hemos dicho, sin resolver la cuestión social, asegurando el derecho a la existencia de tod@s, no habrá democracia verdadera.
Por eso, contribuimos para que la lucha siga, que el pueblo se organice. Más allá de las fronteras necesitamos una respuesta de clase, una ofensiva de la clase trabajadora para imponer medidas de urgencia social. No solo defender una herencia social y democrática, sino construir un otro país para un otro mundo. Una de las medidas claves, entre otras, sería cancelar las deudas ilegítimas del país que lo mantiene en una posición de sumisión frente a potencias financieras e internacionales como China. 90% del petróleo Venezolano enviado a China corresponde al financiamiento de la deuda ; solo los 10 % restantes son considerados como ingreso. No se podrá resolver la extrema pobreza en Venezuela y la destrucción de la biodiversidad sin parar el despojo capitalista que ya no favorece a la población. Es recuperando los miles de millones de fuga de capital que se podrá responder a la situación de urgencia social en el país, y la primera manera de hacerlo rápido, sería de parar el pago de los intereses de la deuda nacional que representan miles de millones de dólares anuales. Es un negocio macabro porque lo que unos reciben, Blackrock or JP Morgan, ni el pueblo ni las escuelas o los hospitales lo tienen. La plata sirve las ganancias de unos pocos, al desprecio de la mayoría. Al pueblo le queda un sueldo de miseria con servicios públicos que ya no sirven y un ambiente intoxicado (pensamos en los derrames) y destruido por el extractivismo. El interés de los bonos venezolanos sobre el mercado de la deuda es de casi 20% cuando para otros países como Alemania es mucho más cerca de 0% en el mercado.
Gira antimilitarista
Defender los derechos humanos debe ir de la mano con una gira antimilitarista. Gracias a los activistas en luchas sabemos de forma más clara y detallada el nivel de violencia que Maduro ha puesto en contra del pueblo con su Operación de Liberación del Pueblo o su mortífera FAES (Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana). Son criminales a quienes el poder les ha dado impunidad para cometer su crueldad. El testimonio de la fiscal Luisa Ortega a la Corte Penal Internacional de la Haye (Holanda) ha permitido poner por escrito la situación en Venezuela con respecto a los derechos humanos con miles de pruebas. Tuvo un rol clave para entregar información de primera importancia a la más alta Corte de jurisdicción. Gracias a ella, un documento de más de 500 páginas fue establecido con entrevistas forenses, psicológicas y entrevistas a víctimas de ejecuciones, torturas, detenciones ilegales y otros delitos que el gobierno viene cometiendo sistemáticamente desde enero de 2015. En total, Ortega Díaz presentó ante la Corte 39 expedientes y 12 CD llenos de información que sustenta su solicitud. Para que el pedido por crímenes de lesa humanidad contra el presidente venezolano Nicolás Maduro y cuatro generales de Chávez no queda letra muerta, el Fiscal General destituido por la Asamblea Nacional Constituyente no sólo demoró cuatro meses elaborando la documentación sino que también asesoró a expertos.Uno de ellos la acompañó a La Haya ; se trata del abogado español Blas Jesús Imbroda, experto en derecho penal y penal internacional, profesor de las universidades de Melilla e Isabel I de España y que preside desde el mes de febrero 2018 el Colegio Penal Internacional Abogados Internacional creado en 2002 con el objetivo de promover la justicia penal internacional y evitar así que crímenes graves queden impunes en todo el mundo. Blas Jesús Imbroda considera que “La secuencia de los acontecimientos (en Venezuela) es terrible: Infinidad de muertes perpetradas por miembros de la Guardia Nacional en la brutal represión ejercida contra manifestaciones y manifestaciones contra el régimen dictatorial. Numerosas y continuas detenciones arbitrarias. Encarcelamiento y privación grave de libertad en violación de normas fundamentales del derecho internacional. Persecuciones por motivos políticos. Desapariciones forzadas de personas. Estos actos y esta terrible forma de actuar están expresamente definidos en el artículo 7 del Estatuto de Roma que establece la Corte Penal Internacional (CPI), como crímenes de lesa humanidad que lamentablemente se cometen todos los días en Venezuela. Esto también cumplirá uno de sus propósitos, a saber, que los autores de los crímenes más atroces que constituyen una amenaza a la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad no queden impunes."
A contrario de los Estados Unidos, Venezuela reconoce desde 1998 y 2002 a la Corte Penal Internacional, lo que da mucho más peso a las investigaciones establecidas, y lo que debería dar mucho más responsabilidad al gobierno actual como al siguiente.
Muchas investigaciones fueron hechas. Pensamos por ejemplo en el documento contundente “Necropolítica en la Venezuela bolivariana: el Estado como máquina de guerra” de Keymer Ávila et Magdalena López. Eso es muy importante para aprender y renacer.
La vía revolucionaria: ecosocialismo o barbarie
Las investigaciones nos alumbran el camino y esperamos que alumbraran las luchas en Venezuela para cancelar muchos cuerpos militares (FAES, OLP) y juzgarlos. Tiene que haber un cambio en este aspecto también. Que la población vuelva a tener la libertad de opinar, de sindicalizarse, de manifestar o meterse en huelga, sin amenazas de las fuerzas militares. Las fuerzas armadas mantienen una situación injusta golpeando al pueblo y no puede haber democracia con fuerzas represivas y asfixia de los contra poderes ; implica una crítica del Estado burgués y policial y del militarismo en general. Entonces, otra vez, la importancia de hoy es tener y mantener un polo independiente de Maduro y de la derecha, y eso se puede hacer con autoorganización de la población para no dejar una vez más su cólera y su vida en la mano de otros. En defensa de nosotr@s, de nuestras vidas - y de la biodiversidad -, páramos con la cultura militarista y capitalista basada sobre el control extremo sobre la población y la libertad extrema para el capital. Hay que volver a tomar en mano nuestras vidas y el fruto de nuestro trabajo que se nos escapa ; lo que supone tener control sobre la economía, la producción social: única manera de gestionar la sociedad en función de las necesidades de cada quién sin perjudicar al medioambiente y a las generaciones futuras. Sin socialización de los grandes medios de producción, empezando por el sector bancario, sin un control obrero y de la población sobre la producción y la contabilidad, no será posible tener una sociedad verdaderamente democrática que funcione para tod@s. L@s que producen, que lo hacen todo, tienen que mandar.
Maxime Motard
Notas:
1 “Latinoamérica Sustentable y Sustentarse, coordinadores. 2024. A diez años de la Iniciativa de la Franja y la Ruta: desafíos ambientales y sociales de las inversiones de China en América del Sur. Quito: Latinoamérica Sustentable.”
2 https://www.france24.com/fr/20170531-goldman-sachs-venezuela-compagnie-petrole-pdvsa-obligation-polemique-politique
3 https://bpi-icb.com/fr/nouvelles/cour-penale-internationale/actualite-du-cpi/648-blas-j-imbroda-president-du-bpi-conseille-luisa-ortega-diaz-dans-le-proces-de-la-haye-contre-nicolas-maduro-la-cpi-ouvre-l-examen-preliminaire-pour-le-cas-du-venezuela