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Por una agenda urgente de debates y abordaje de la crisis ambiental y climática
El país necesita discutir los temas fundamentales de la vida nacional
El Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) celebra el desarrollo de un nuevo encuentro electoral en el país. Este es un momento crucial, tanto para recuperar una importante expresión de la participación política de nuestra sociedad, como para hallar alternativas para enfrentar la peor crisis de la historia contemporánea venezolana.
Hemos estado a la expectativa de un amplio debate político nacional, y nos encontramos también ocupados y preocupados por los profundos impactos y consecuencias de la dimensión ambiental de nuestra propia crisis, enmarcada en un contexto planetario sumamente complejo.
En este sentido, queremos expresar nuestra preocupación ante una notable carencia de debates amplios, informados e incluyentes, donde se aborden los principales aspectos y problemáticas que aquejan hoy a los venezolanos. Esto preocupa especialmente en este contexto de elecciones, que debería motivar una más extendida discusión nacional. Los vacíos en el discurso de los actores políticos son públicos, reseñados y notorios, tanto en lo referido a los proyectos-país, como, en particular, a las políticas sectoriales y los detalles del abordaje de las variadas problemáticas nacionales; en general, sobre cómo se dará respuesta a la crisis actual.
Consideramos grave la ausencia del tema ambiental en las propuestas de los candidatos y candidatas. Esta crucial dimensión no puede ser relegada a un segundo plano; más bien, debería ser uno de los pilares fundamentales del debate político. Las crisis económica, política y ambiental están intrínsecamente conectadas, y no podemos abordar una sin considerar las otras.
Por mencionar algunos ejemplos, entre el 70-80% de los venezolanos tienen problemas de acceso al agua, y no solo por los precarios sistemas de aducción y distribución, sino por su combinación con la devastación y contaminación de las cuencas hidrográficas y los acuíferos del país, que incluyen la deforestación, incendios, efluentes agroindustriales (ej. derrames de petróleo, mercurio en los ríos, aguas servidas urbanas), entre otros.
También, la encuesta Encovi 2023 ha indicado que el 89% de los hogares venezolanos padece de una reiterada y violenta inseguridad alimentaria, calamidad que no solo tiene que ver con los bajísimos salarios, sino también con limitaciones directas al acceso al alimento de cientos de miles familias, como ocurre por ejemplo con la disminución de las cosechas pesqueras debido a la contaminación generada por los frecuentes derrames petroleros en lugares como el Golfete de Coro y el Lago de Maracaibo. O también con la mala planificación gubernamental para manejar los recursos hidrobiológicos y los impactos a la pesca.
Adicionalmente, está ausente en los discursos electorales, el análisis actualizado sobre el cambio climático que está afectando y afectará la sustentabilidad de los sistemas de producción agrícola. Pero también incidirá negativamente en la seguridad de los asentamientos poblacionales, en un país en el cual, según la mencionada Encuesta Encovi, 70% de la población está en un nivel de vulnerabilidad de medio a muy alto ante amenazas físico-naturales en sus hogares.
Tendríamos que vernos en el espejo de las recientes inundaciones en Río Grande do Sul (Brasil), con cuya población nos solidarizamos, y actuar en consecuencia. El cambio climático está alterando y seguirá alterando las condiciones de vida a lo largo y ancho del mundo.
Numerosas preguntas necesitan formularse y ser ventiladas, junto a otras sobre asuntos como el salario, el problema de la deuda externa, la situación de los sectores de la salud y la educación, entre otros: ¿Cómo se abordarán los impactos que está causando la minería en la Amazonía venezolana? ¿Cuál es la posición con respecto al megaproyecto extractivo del Arco Minero del Orinoco? ¿Cuál será el rol de la industria petrolera venezolana en el contexto del cambio climático y la transición energética? ¿Cómo se garantizará un acceso equitativo y sostenible al agua para todos los venezolanos? ¿Qué medidas se tomarán para proteger y restaurar nuestros bosques y ecosistemas acuáticos? ¿Qué medidas específicas se tomarían en relación con las tendencias globales de transición energética?
Ante la proximidad del evento electoral, planteamos que es totalmente necesario y urgente debatir y avanzar propuestas en simultáneo sobre estos y otros temas. Sobre todo porque los problemas más acuciantes no se resolverán solo con la realización de las venideras elecciones. Las transformaciones necesarias no se expresan únicamente en cambios de gobierno, sino también en el permanente abordaje de los problemas mencionados, algo que trasciende lo meramente electoral.
Requerimos conocer y discutir cuáles serán las rutas para enfrentar la crisis, en sus diversos componentes. Debatir en profundidad nutre además la decisión de cada ciudadano, ayuda a informarlos y estimula la actividad política y la participación en la sociedad.
Emplazamos a los distintos actores políticos y sociales a abrir esta discusión y presentar propuestas. Hacemos un especial llamado para reconocer y resaltar la dimensión socioambiental de la crisis, y la importancia de la transversalidad ecológica en el proyecto-país. Todos los actores deben asumir su responsabilidad ante la crisis ambiental y climática.
Hacen falta propuestas concretas y acciones que no sean meros gestos de “greenwashing” y falsas soluciones a la crisis ambiental, que busquen asumir también los problemas estructurales de nuestro modelo de sociedad.
Invitamos a todos los actores sociales, económicos, políticos, instituciones, y organizaciones de base, a seguir impulsando espacios de diálogo y discusión informada sobre el país que tenemos y el que queremos. Existen actualmente propuestas de políticas ambientales y alternativas pensadas y presentadas desde varios sectores de la sociedad organizada, que también deben ser tomadas en cuenta e incorporadas.
Esta nueva coyuntura electoral es una oportunidad crucial para abordar los desafíos socioambientales que enfrentamos, con la profundidad y seriedad que ellos ameritan. El OEP ofrece y continuará ofreciendo todas sus capacidades y voluntades para contribuir en el trazado de ese camino de transformaciones.
Hagamos del tema ambiental una prioridad más. Nuestro futuro como sociedad y como parte de la humanidad depende de ello.
Caracas, 11 de junio de 2024