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El jueves 30 de noviembre se realizó el conversatorio ¿Qué pasa con el lago?, actividad que forma parte de la campaña con el mismo nombre impulsada por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela. En este espacio se abordaron de distintas miradas a la compleja problemática que afecta el Lago de Maracaibo, cuerpo de agua que viene sufriendo importante degradación de su ecosistema. A continuación rescatamos algunas de las ideas más resaltantes que se plantearon en este conversatorio.
Un problema multifactorial
El profesor e investigador Douglas Rodríguez Olarte quien además es miembro del OEP, indicó en su intervención, los otros factores que pocas veces se mencionan en los medios, pero que también forman partes de los agentes causales que además de los derrames petroleros, contribuyen a la contaminación y degradación del Lago de Maracaibo. En este aspecto, el profesor Rodríguez-Olarte indicó que para tener un diagnóstico del Lago no hay que olvidar identificar lo que pasa en sus cuencas, debido a que “ningún lago está solo, un lago es una respuesta a sus cuencas hidrográficas”.
La cuenca del Lago de Maracaibo está “severamente afectada” indicó Rodríguez -Olarte. Una de las causas de esta afectación es producto de la explotación agrícola “intensa y extensa» que genera residuos agrotóxicos y nutrientes como el nitrógeno que terminan en el Lago de Maracaibo. En tal sentido, el costo de la alta producción agrícola en las zonas del río Chama, el río Escalante y el Catatumbo (proveniente de Colombia) inciden en el Lago. El no tratamiento de las descargas de nitrógeno y otras sustancias orgánicas, generan una respuesta que se traduce en el incremento de algas (eutrofización), las cuales impiden el ingreso de luz al lago y como consecuencia se produce contaminación y pérdida de la biodiversidad.
Rodríguez-Olarte destacó que este es un tema que no ha sido abordado por las autoridades y que necesariamente amerita una revisión de la explotación agrícola intensiva que incluye el manejo de agua y de suelos que sin duda está afectando la cuenca del Lago. Sin embargo, el daño no solo lo produce la actividad agrícola, también lo está haciendo la acuicultura, especialmente las camaroneras.
Rodríguez-Olarte quien ha hecho investigaciones sobre el tema,advierte que las camaroneras se han ido expandiendo desde el 2020 en todas las riberas del Lago de Maracaibo. Este incremento de 200 a 300% de la acuicultura en esta zona destruyó bosques de mangles y humedales y los sustituyó por lagunas acuícolas. En este sentido, este incremento de la producción de camarones ha tenido un alto costo ambiental que pocos mencionan.
Otro factor contaminante del lago son los efluentes urbanos, es decir, los residuos provenientes de las ciudades terminan en los lagos y este es el caso del Lago de Maracaibo. Esta situación es grave porque según los especialistas esto contempla un escenario de “colapso ecosistémico” porque los pocos ríos que no han sido destruidos por la industria petrolera ya están en proceso de depauperación. Esto está afectando la población de peces del Lago de Maracaibo, los cuales el 70% de su población son endémicos.
Rodríguez-Olarte destacó que muchos de estos peces que se están extinguiendo son de importancia comercial (Bocachico), por lo que no solo es una pérdida para el ecosistema propiamente sino para las comunidades pesqueras del Lago de Maracaibo.
Todos estos elementos anteriores mencionados constituyen una diversidad de estresores ambientales que son una suerte de “combinación multifactorial” que no tienen soluciones o respuestas a corto plazo. La limpieza de algunas áreas o la utilización de cabello no son respuestas idóneas y efectivas a esta compleja problemática que incluye los derrames petroleros, pero no se limitan a estos.
Recalcó Rodríguez-Olarte que la problemática de las cuencas tiene también una escala binacional debido a que está recibiendo contaminación del lado colombiano desde la ciudad de Cúcuta y los residuos de carbón de mineras como agrícolas.
La periodista Rosmina Suárez, en su intervención en el conversatorio señaló que en este momento los pescadores del Lago de Maracaibo se están organizando y luchando para exigir a la empresa estatal PDVSA una indemnización por estos últimos 2 años. Los pescadores sostienen que por los continuos derrames petroleros y el verdín, la pesca se ha reducido en un 80%. Según testimonios de los propios pescadores, acotó Suárez, de “1000 kilos que podían procesar al día, ahora solamente pueden procesar menos de 10”.
Rosmina Suárez indicó que como periodista percibe que el tratamiento mediático de la problemática del Lago de Maracaibo depende mucho si es tendencia de noticia en el momento y muchas veces no hay una cobertura permanente de la situación del lago.
Entre los obstáculos que existen para realizar investigación y cobertura periodística sobre la problemática ambiental del Lago de Maracaibo es que no hay acceso a “voces autorizadas” que puedan brindar a la prensa detalles de lo que pasa en el lago.
Son muchos los retos para la divulgación de los derrames petroleros. Los desafíos son tanto para los y las periodistas como para sus fuentes. Suárez señaló que en este momento los pescadores que están exigiendo “reparación de daños” por parte de PDVSA, están siendo amenazados de desalojarlos de sus viviendas y de las playas en las que toda la vida han pescado y habitado.
En el caso de los periodistas es habitual encontrarse con militares que les impide acceder a las zonas donde ha habido derrames petroleros.
El reto que hay que afrontar es “evadir los obstáculos y empezar alianzas para aumentar la cobertura”. Rosmina indicó que lamentablemente “Zulia es un desierto informativo”
Betzabet Bracho, miembro de la organización La papelera tiene hambre, habló de la problemática del lago desde la perspectiva del activismo ambiental. Bracho sostiene que si bien es muy importante el aporte de las universidades en el estudio de este tema, es necesario e importante traducir “los tecnicismos” a la población en general. Esto se puede hacer a través del periodismo o las ONG. Esta traducción permite que las personas puedan entender mejor la problemática.
En su caso, ella pertenece a La papelera tiene hambre, fundación “que sensibiliza sobre la crisis ambiental a partir de acciones que ayuden a mitigar los altos niveles de contaminación”. Por esta razón, realizan actividades diversas entre las cuales están las jornadas de reciclaje , limpieza de playas, charlas educativas entre otras.
Bracho destacó que en Maracaibo hacen vida diversas organizaciones ambientales como ACLAMA, CIMA, Zulia recicla, aunque cada una tiene focos diferentes: investigación científica, derechos ambientales, y reciclaje. En el caso de La papelera tiene hambre realizan jornadas de limpieza y si bien reconoce que esto no cambia drásticamente la contaminación del Lago,si tiene un efecto importante en la percepción de las personas. Estas actividades permiten la conexión de la gente con la problemática del lago, en tal sentido, genera ganas de cambiar la situación y responsabilizarse por la situación de contaminación de residuos plásticos.Incluso esta actividad es una oportunidad para reflexionar sobre los hábitos de consumos y trascender a la lógica de comprar y botar.
Este conversatorio permitió evidenciar la complejidad de la problemática socioambiental del Lago de Maracaibo y que la misma requiere miradas y acciones que van desde la investigación científica, la divulgación periodística y el activismo ambiental. Es necesario que las autoridades y empresas estatales asuman la responsabilidad de los pasivos ambientales generados en el lago de Maracaibo.