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Por Liss Lares
Durante los días 18, 19 y 20 de septiembre se realizó en Bogotá, Colombia, el “1° Encuentro Internacional de Energías Comunitarias”. Este evento organizado por Censat Agua Viva reunió a diversas experiencias, organizaciones y movimientos sociales nacionales e internacionales con el objetivo de compartir, integrar y fortalecer sus procesos en torno a las energías comunitarias. En este evento participó Todasana Orgánica, emprendimiento social, con visión de turismo ecológico sustentable, miembro de la Red de Energías Comunitarias de Venezuela, espacio promovido y en el que también participa el Observatorio de Ecología Política de Venezuela.
Con diferentes metodologías para fomentar el debate y el intercambio se abordó de qué se tratan las energías comunitarias, definiéndolas como el conjunto de conocimientos, prácticas y procesos de transformación socioambiental en la producción y consumo de energías y alimentos que favorecen la creación de condiciones de vida digna para las comunidades más vulnerables. Estas energías respetan todas las formas de vida presentes en el planeta y aportan en la mitigación de la crisis climática y en la construcción de paz y tejido social. Dentro de la política pública del gobierno colombiano se habla de comunidades energéticas y este concepto corre el riesgo de desconocer los amplios y diversos procesos comunitarios que se tienen desde hace más de cuarenta años en torno a las energías. Las energías comunitarias producto de un proceso de construcción amplios y dinámicos, por lo cual, las propuestas que se levantan desde este enfoque tienen especial cuidado en que el Plan de Desarrollo Nacional no se convierta en una agenda expuesta por decreto.
Foto: Liss Lares
En el marco de estas debates, los participantes del evento tuvieron la oportunidad de acompañar a organizaciones como Censat Agua Viva de acudir juntos al Congreso de la República para plantear sus apreciaciones sobre el Plan Nacional de Comunidades Energéticas y realizar las propuestas comunitarias para que este plan tuviese un enfoque amplio que reconozca los procesos que las comunidades están desarrollando de forma autónoma desde hace muchos años. En este espacio se socializaron, tuvieron la oportunidad de intervenir organizaciones internacionales como la del Movimiento Afectados por Represas (MAR) y el Colectivo Madre Selva de Guatemala.
Ver también: Manifiesto de los Pueblos del Sur – Por una Transición Energética Justa y Popular
En el encuentro también se realizó con una Feria en la que todas las organizaciones presentes tuvieron la oportunidad de compartir en un stand materiales audiovisuales, productos y debatir entre ellos y con el público general sobre los procesos y retos que están teniendo en sus comunidades en torno a la generación y gestión de energías. Esta Feria proporcionó una plataforma para el intercambio de ideas y experiencias, permitiendo a las organizaciones aprender unas de otras y fortalecer sus propios procesos comunitarios. La diversidad de stands y la riqueza de las discusiones subrayaron la vitalidad y la innovación presentes en el campo de las energías comunitarias.
Además, se llevó a cabo un espacio de debate con representantes de la Universidad de Medellín y Bogotá, donde las instituciones académicas relataron los procesos que llevan a cabo para la transición energética justa y la interacción entre comunidades y estos espacios académicos.
Todasana Orgánica participando en el stand de energías comunitarias. Foto: Liss Lares
Este encuentro internacional representa un hito importante en el camino hacia una transición energética justa y sostenible, basada en el trabajo comunitario y la integración de diversas experiencias y conocimientos. Se destacó la necesidad de pensar en la integralidad de las energías comunitarias, entendiendo que la energía no es solo electricidad, también es biomasa, también es el alimento y todo lo que permite dar valor agregado a la producción y calidad de vida.
En cuanto a las tecnologías comunitarias presentadas en el encuentro, se destacaron los biodigestores, que permiten convertir los residuos en energía, producir energía para nuestras actividades, pero también producir fertilizante. También se mencionaron los sistemas que generan energía eléctrica para el uso doméstico y también para poder motobombas que bombean agua de lluvia.
Foto: Liss Lares
Los beneficios de estas tecnologías incluyen la mejora de la calidad de vida, la creación de condiciones de vida digna para las comunidades más vulnerables, la mitigación de la crisis climática. Sin embargo, también existen desafíos como la necesidad de una apropiación social de estas tecnologías, y el desafío de mantener estos proyectos como procesos estables y sostenibles a través del tiempo.
El evento concluyó con un llamado a continuar trabajando juntos para superar estos desafíos y avanzar hacia una transición energética justa y sostenible.