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Esta declaración apareció en ruso en avtonom.org, un proyecto de comunicación que nació de la red comunista libertaria Acción Autónoma.
“¡No a la guerra entre naciones! ¡No a la tregua entre clases!”. Un mural en Moscú promoviendo la Acción Autónoma.
Ayer, el 21 de febrero, una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Ruso sesionó. Como parte del acto teatral, Putin forzó a sus lacayos más próximos a “pedirle” públicamente que reconociera la independencia de las llamadas “repúblicas populares” de Luhansk [RPL] y Donetsk [RPD] en el este de Ucrania.
Es bastante obvio que este es un paso hacia la posterior anexión de estos territorios por Rusia, sin importar como se formalice (o no) legalmente. De hecho, el Kremlin deja de considerar a la RPL y RPD parte de Ucrania y finalmente las hace sus protectorados. “Primero el reconocimiento de independencia, luego la anexión”: esta secuencia ya se efectuó en 2014 en Crimea. Esto también queda claro en las estúpidas reservas de Naryshkin [representante permanente por Rusia] en la reunión del Consejo de Seguridad (“Sí, apoyo la entrada de estos territorios a la Federación Rusa”).1 Ya que esta reunión, como resulta, fue grabada y retransmitida (no en vivo) y estas “reservas” no fueron editadas… el mensaje está claro.
En un “llamado al pueblo” esa misma tarde, Putin pareció “estar de acuerdo” con estos pedidos y anunció el reconocimiento de la RPL y RPD como estados independientes. De hecho, dijo lo siguiente: “nos llevaremos un pedazo del Donbass, y si Ucrania sacude el bote, entonces que se culpe a sí misma, nosotros no la consideramos un Estado en absoluto, así que tomaremos aún más”. De acuerdo al decreto de Putin, tropas rusas ya están entrando al territorio de la RPL y RPD. Esto es un claro gesto de amenaza hacia el resto de UCrania y especialmente hacia las partes de las regiones de Luhansk y Donetsk aún bajo el control de Ucrania. Esta es la verdadera ocupación [en el sentido de que hasta ahora, Luhansk y Donetsk solo estaban ocupadas por proxy].
No queremos salir a defender a ningún estado. Somos anarquistas y estamos contra cualquier frontera entre naciones. Pero estamos contra esta anexión, porque solo establece fronteras nuevas, y la decisión de esto se hace solo por el líder autoritario Vladimir Putin. Esto es un acto de agresión imperialista por Rusia. No nos hacemos ilusiones sobre el estado ucraniano, pero está claro para nosotres que no es el principal agresor en esta historia; esto no es un enfrentamiento entre males iguales. Primero que nada, esto es un intento del gobierno autoritario ruso de resolver sus problemas internos por medio de una “pequeña guerra victoriosa y la acumulación de tierras” [una referencia a Iván III].
Es bastante probable que el régimen del Kremlin construya algún tipo de espectáculo de “referéndum” en las tierras anexionadas. Tales performances ya tuvieron lugar en la RPL y RPD en 2014, pero ni siquiera Moscú reconoció sus resultados. Ahora, aparentemente, Putin decidió cambiar esto. Por supuesto, no puede haber mención alguna al “voto secreto y libre” en estos territorios: están bajo el control de bandas militarizadas completamente dependientes de Moscú. Aquellxs que se opusieron a estas bandas y a la integración con Rusia fueron asesinades o forzades emigrar. Así, cualquier “referéndum sobre la devolución como de una nave perdida a su puerto natal” sería una mentira propagandística. Les residentes del Donbass serán capaces de formular su decisión solo cuando las tropas de todos los estados -y en primer lugar de la Federación Rusa- abandonen estos territorios.
El reconocimiento y anexión de la RPL y RPD no traerá nada bueno a les habitantes de la propia Rusia.
Primero, en cualquier caso, traerá la militarización de todos los espacios de la vida, un aún mayor aislamiento internacional de Rusia, sanciones y un declive general del bienestar. Restaurar la infraestructura destruida y contemplar las “repúblicas populares” al presupuesto estatal tampoco será gratis: ambos costarán miles de millones de rublos que podrían invertirse de otra forma en salud y educación. No tengan duda: los yates de los oligarcas rusos no se harán más pequeños, será todo el resto los que empezarán a vivir peor.
En segundo lugar, el probable agravamiento del conflicto armado con Ucrania significará más soldados y civiles muertes y herides, más ciudades y pueblos destruidos, más sangre. Incluso si este conflicto no deviene en guerra mundial, las fantasías imperiales de Putin no valen una sola vida.
En tercer lugar, esto significará la mayor expansión del llamado “mundo ruso”: una loca mezcla de oligarquía neoliberal, rígido poder centralizado, y propaganda imperial patriarcal. Esta consecuencia no es tan obvia como el aumento en los precios de chacinados y las sanciones a smartphones… pero a la larga, es aún más peligrosa.
Te urgimos contrarrestar la agresión del Kremlin por todos los medios que veas meritorios. Contra la toma de territorios bajo cualquier pretexto, contra mandar al ejército ruso al Donbass, contra la militarización. Y finalmente, contra la guerra. Sal a las calles, difunde la palabra, habla con la gente a tu alrededor; tú sabes qué hacer. No te quedes en silencio. Pasa a la acción. Incluso un pequeño tornillo puede trabar los engranajes de una máquina mortal.
¡Contra toda frontera, contra todo imperio, contra toda guerra!