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Frente al retiro de las tropas estadounidenses en Siria, establecido por los presidentes Donald Trump (Estados Unidos) y Recep Tayyip Erdoğan (Turquía), y la invasión militar en contra de Rojava y los pueblos libres de ese territorio que este retiro permite, consideramos necesario e inaplazable manifestar lo siguiente:
1. La comuna de Rojava es el primer esfuerzo en Oriente Medio de un proyecto político anticapitalista basado en el confederalismo democrático, que tiene como fundamento una visión alternativa de organización de la vida, basada en la autonomía no estatista, la autodeterminación, la democracia directa y el combate al patriarcado. La autonomía de Rojava es la utopía de un mundo posible, donde la interculturalidad, una diferente y virtuosa relación entre géneros y el respeto de la madre tierra se construyen diariamente. Rojava nos demuestra que no podemos resignarnos a la barbarie del presente.
2. El primer logro de estas luchas por la autonomía fue la contención de Isis (Estado Islámico de Irak y el Levante) y su fundamentalismo. Ahora, este retiro debilita los esfuerzos de las milicias kurdas y atenta contra los notables alcances que las Ypg (Unidades de Protección Popular) y las Ypj (Unidades Femeninas de Protección) han tenido hasta hoy al enfrentar con éxito los ataques del terrorismo de Estado Islámico en el sur de Siria y verse obligadas a proteger y liberar el norte por el redoblamiento del asedio de Turquía.
3. La guerra contra la autonomía de Rojava frente al fracaso del Estado sirio se ha venido orquestando sistemáticamente desde hace años. Los ataques y las invasiones territoriales han sido la normalidad. Con el retiro de las fuerzas militares estadounidenses del confín turco‑sirio, la magnitud de la amenaza sube de nivel y la hostilidad bélica del Estado turco en contra de este esfuerzo por un mundo democrático se convierte en la posibilidad concreta del exterminio étnico.
Por lo tanto, quienes suscribimos esta carta –académicos, estudiantes, activistas, organizaciones sociales, colectivos, y pueblos organizados y en resistencia– manifestamos nuestra solidaridad con la lucha de los pueblos kurdos y del norte de Siria, y gritamos nuestra rabia en contra de esta nueva ola de agresión capitalista‑patriarcal del Estado turco, bajo el silencio y/o la complicidad de la Unión Europea y los organismos internacionales, como la Onu, que siguen demostrando que los derechos humanos sólo tienen validez si obedecen a la ley del mercado.
Defender Rojava significa defender a todos aquellos colectivos y sujetos que luchan diariamente en contra de la barbarie capitalista, no sólo en Oriente Medio, sino también en muchos rincones del mundo. Esta carta es un grito de rabia, indignación y solidaridad con nuestras hermanas y hermanos kurdos, quienes luchan por otras formas posibles de vida.
¡Que viva la vida! ¡Que muera la muerte!
¡Rojava no está sola!
Firmantes:
John Holloway, Noam Chomsky, David Harvey,
Etienne Balibar, Rita Laura Segato, Raquel Gutiérrez, Angela Davis, Boaventura de Sousa Santos, Raúl Zibechi, Sylvia Marcos.