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En el conversatorio la Emergencia de Nosotrxs, Caracas, Febrero, 2019
“… al ponernos a escuchar iniciamos un proceso transformador de nosotros: queremos escuchar para averiguar cómo son ellos y por esta vía averiguamos quienes somos nosotros. Es un camino que nos metamorfosea y, a menudo, nos libera de mentiras que han metido en nuestra mente ”.
Carlos Lenkersdorf
Aprender a Escuchar. Enseñanzas maya-tojolabales. Plaza y Valdes Editores, México, 2008.
La Lengua del poder.
* Victor Kemplerer, lingüista, judío, profesor de filología en la Universidad de Berlín, denunciado y apresado por quien fuera su mejor y más apreciado alumno, en ese momento, miembro de las SS nazis, en la prisión del gueto al que fue confinando y donde finalmente murió; como pudo, de seguro, en momentos en que su pensar cubría de libertad su sufrimiento, dejó como legado a la humanidad un libro: LTI: La Lengua del Tercer Rich, escrito como diario de la ignominia en el que, día a día, registraba su análisis y comprensión del discurso de sus opresores, así como la justificación con la que sus cómplices manipulaban el significado y sentido de las palabras, que antes habían servido para sustentar las bases simbólicas de todos los alemanes como nación.
* En medio de la soledad de la tortura, Kemplerer pensó en las palabras con las que, sus torturadores,justificaban sus acciones, pretendiendo alejar de sí mismos cualquier acto de conciencia acerca de la inhumanidad con la que actuaban; ya que, a su parecer, sus actos estaban vinculados significativamente a intereses muy superiores a sí mismos como sujetos; así, el desconocimiento de vínculos afectivos y condición humana a quienes somete, tortura o asesina, quedan plenamente justificados dado el interés enemigos externos que, validos del apoyo de enemigos internos, constantemente intentaban descalabrar el camino y destino que, sólo el líder del proceso conoce y al que a todos podía conducir.
* Así, por ejemplo, Kemplerer registró el cambio de sentido y significación de palabras como:
– Amigo: que pasó de ser todo aquel con quien compartimos, sin distingo o menoscabo de su condición social, política, religiosa o sexual, pues, en todo caso, se trata de un ser humano capaz de respetar nuestra celebración, o que respetuosamente comparte con nosotros, para significar a aquel que sólo por su condición racial o ideológica podemos considerar un aparejado siempre a prueba, pues, en términos de la Lengua del Poder, la sospecha, la desconfianza, adquiere tan alta intensidad, que hace imposible esa parición en el hacer de los sujetos. Vale decir: no hay, ni es posible la amistad.
– Patria; Patriota y apátrida: en la que al término patria se le despoja de su condición territorial, capaz de contener en un mismo espacio a diferentes grupos sociales, étnicos y culturales que, no en balde, se autodefinen como participantes de un mismo hacer o destino histórico. Así manipulado, patria excluye a todo aquel culturalmente diferente y, por tanto, la condición de patriota es exclusiva de aquellos que comparten o se someten al poder de quienes, circunstancialmente, dominan el aparato del Estado; por eso mismo, todos los excluidos de este espacio simbólico pueden ser considerados apátridas, esto es, seres sin patria, sin territorio y, por tanto, regularmente anti-patriotas siempre dispuestos a colaborar con el enemigo externo en contra de la Patria y sus dueños, los Patriotas.
– Soberano; Soberanía: manipulada hasta el punto de devolver su ejercicio significativo en la figura deun “ser iluminado”: el Soberano Führer, borrando así, el legado de la revolución francesa que acuñó el lema de la soberanía reside en el pueblo; muy a pesar de que tal lema desvinculaba la soberanía del ejercicio del territorio y, por tanto, del acceso de los campesinos a la propiedad de la tierra, sin embargo, simbólicamente adjudicaba las máximas decisiones al pueblo, supuestamente representado en el parlamento por sus diputados, lo que políticamente eliminaba la figura del Rey y sus cortesanos. En la Alemania de Kemplerer, el nazismo reconfigura el significado del monarca y restituye una especie de neo-monarquía al establecer que la soberanía reside en el Führer, pues, era Hitler quien, por sí mismo, representaba al pueblo y, por eso mismo, era quien personificaba y ejercía la soberanía.
* En fin, como buen filólogo, Kemplerer sabía que las palabras nunca son inocentes, pues, siempre responden al hacer de los pueblos que las crean y enuncian como ejercicio de sus territorialidades; de tal manera, que toda palabra creada y puesta a circular en el espacio territorial de un pueblo es el resultado de la realidad económica, política, cultural, religiosa, etc., vivida por el mismo pueblo, pues, con ella logra expresar una “verdad” considerada como tal, en tanto que es un enunciado por todos compartido”.
* La trascendencia de la labor de Kemplerer no sólo estriba en las adversas condiciones en que produjo sus reflexiones lingüísticas, ni siquiera por las evidencias que así logró presentar para demostrar el proceso de vaciamiento simbólico de la significación de términos, frases y expresiones usadas por los pueblos, y que manipuladas, estranguladas, vaciadas y rellenadas con nuevas significaciones llegaban a ajustarse a las necesidades políticas e ideológicas del fascismo y el nazismo para el sometimiento de la población y, así, naturalizar su autoritario y criminal poder; sino que la trascendencia de su sacrificio estriba en el hecho de que fue capaz de dejar al Nosotros del que formaba parte, una palabra que no sólo era defensa de los originarios significados de las palabras, frases y expresiones sometidas a desoye por el fascismo, sino que dotaba de bases lingü.sticas a la lucha de los oprimidos, esto es, de la palabra del Nosotros en su lucha por la libertad y la dignidad.
La Lengua de la V República.
* De alguna manera, la experiencia lingüístico-propagandística desarrollada por el nacional socialismo hitleriano fue singularmente actualizada en Venezuela por el socialismo nacional de Hugo Chávez a través de lo que él estableció como “hegemonía comunicacional” para la imposición semántica de la “revolución” en la vida de todos. En este sentido, todo aquel que resistiera o enfrentara su discurso develando sus falacias, era inmediatamente catalogado de enemigo de Chávez, ergo, de la patria y, por tanto, un escuálido apátrida y perverso anti-patriota.
* Es por ello que; por ejemplo, la firma del acuerdo de entrega a la Chevrón-Texaco de la llamada Plataforma Deltana, esto es, los depósitos de gas más grandes del país ubicados en el Delta del Orinoco, a ser explotados por la empresa norteamericana propiedad de la familia del entonces Presidente de los Estados Unidos, George Bush, la Lengua de la V República convirtió la entrega del territorio y de un bien estratégico nacional en acto de soberanía, pues, el mismo fue refrendado por quien representaba directamente al pueblo: Hugo Chávez, el soberano.
* Para nada valieron las llamadas de atención de quienes señalaban ese y otros acuerdos (como lasEmpresas Mixtas y la eliminación de la Doble Tributación), y que se atrevieron, incluso, a incoar acciones legales en contra de tales acuerdos; la Lengua de la V República y el aparato propagandístico del gobierno los convirtió en “entreguistas de derecha” y “anti-nacionalistas”, y, si quienes así actuaban provenían del campo de la izquierda, entonces, resultaban ser unos “vendidos al imperialismo” o “Agentes de la CIA” que actuaban en contra de la “revolución”. Mientras, quienes contribuían con sus discursos y cobardía1) a justificar la entrega, eran bendecidos por nuestro Führer, el Comandante Eterno.
* Muchos son los términos y eufemismos que la Lengua de la V República ha llegado a establecercomo “verdad” impuesta durante estos últimos veinte años de autoritarismo rayano con el fascismo alemán hitleriano, o el italiano impuesto por Benito Mussolini; sin embargo, no puedo dejar de mencionar uno de los actos criminales realizados como política de Estado por el “socialismo nacional” del gobierno de Chávez, bautizado con las siglas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sólo que la revolución del socialismo del siglo XXI la convirtió en una razia de liquidación de pobres, eufemísticamente denominada: Operación Liberación del Pueblo (OLP), en la que fuerzas especiales conjuntas de la policía criminalística, policía nacional, Guardia Nacional y Servicios de Inteligencia política, militar y policial, detectaban, buscaban y eliminaban físicamente a miembros de la delincuencia común, en ajusticiamientos sumarios, en virtud de que los mismos no respondían a las órdenes del aparato policial-militar del Estado de la revolución. No hay registro oficial de estos asesinatos, pero la sangre de los asesinados muy bien pudiera ser contabilizado como un río.
La Palabra del Nosotros.
* Como vemos, no hay diferencias sustanciales en la manipulación de la lengua y el discurso entre el fascismo hitleriano y su Lengua del Tercer Rich y la imposición autoritaria y criminal de la Lengua de la V República de Chávez; porque, en efecto, entre el nacional socialismo (nazi) y el socialismo nacional (chavista del Siglo XXI), sólo hay un cambio de orden en las palabras que, ciertamente, no alteran el producto; porque, a fin de cuentas, se trata de la lengua del poder y de los poderosos de arriba imponiendo el discurso de su poder a los de abajo.
* Así, la lengua del poder la podemos identificar en base a tres fundamentales principios; a saber:
a.- Quien tiene el poder debe expresarlo y afianzarlo en una profusa e incontenible elocuencia.En este sentido, quien habla es el soberano, es la voz de la soberanía, es la imagen viva de la patria y el patriotismo y, por eso mismo, su cuerpo y vida es un discurso incontenible que no puede detenerse. Dicho de otra manera, la palabra de todo dictador es elocuencia vacía, inflada de prepotencia y sometimiento por represión.
b.- Quien tiene el poder no está obligado a escuchar y, por tanto, se hace sordo, es decir, nunca escucha, pues, son todos los otros los que están obligados a hacer silencio, escucharle y actuar en consecuencia al designio de su soberanía.
c.- Quien tiene el poder, por conveniencia, siempre busca destruir toda aquella palabra que decide resistirse, pensar o crear; es decir, florecer por fuera de la cobertura del Estado-gobierno. Para el poder de los de arriba el mundo ideal es aquel en el que la palabra es sólo un desierto inhabitable; invivible, pues, sólo en espacios inhóspitos como esos, su palabra adquiere sentido y poder.
* El fundamento de la palabra del poder siempre es la mentira con la que sustenta su hacer por conveniencia; por ello, la palabra del Nosotros, como expresión del proceso de transformación social de a de veras, implica la radical vuelta al sentido originario de la palabra que decimos; esto es:
1.- Nunca hablamos por hablar, pues, lo que decimos es siempre un parto; es decir, nuestra palabra vive más allá de nosotros luego que la pronunciamos; por ello, cuando hablamos, nuestro discurso bien puede ser entendido como socialmente político; culturalmente religioso; económico y territorial, pues, a pesar de lo que el pensamiento de la izquierda haya establecido como marca de nuestra esclavitud a su pensamiento, la vida del mundo no tiene nada que ver con lo que Marx haya elucubrado expresamente para Europa, sino con la vida que nuestra palabra adquiere en la lucha.
2.- Por ello, todo lo que pensamos, nuestro decir siempre lo recoge y expone como decisión porla que estamos dispuestos a responder por nuestra equivocación o nuestro acierto; con la salvedad que impone el hecho de que, si nos equivocamos, somos los primeros en asumir la responsabilidad de la derrota; pero si acertamos, jamás nos atrevemos a exigir un reconocimiento particular hacia nosotros.
3.- Porque, en fin de cuentas, vivir en el Nosotros implica desaparecer la supuesta existencia del“Yo” de nuestro corazón. En este sentido, la palabra que decimos es nuestra hija alimentada en el hacer del Nosotros, que se encarga de hacerla florecer como esperanza permanente; por tanto, nunca se trata de imponer lo que pensamos con nuestra palabra, sino del florecimiento de nuestro ser colectivo, y por eso mismo, antes de hablar, debemos estar siempre dispuestos a escuchar, pues, en el hacer como Nosotros, nuestra más importante tarea política es: ser guardianes de la esperanza.
1 La verdad sea dicha, con esto me refiero especialmente a sujetos como Luis Britto García y Fermín Toro Jiménez, quienes, previo a la victoria electoral de Chavez, se habían atrevido a demandar ante la Corte Suprema de Justicia los acuerdos del Presidente Rafael Caldera para la eliminación de la Doble Tributación por la que ya las transnacionales no tenían que pagar impuestos en Venezuela, pues, debían pagar impuestos a su Estado de origen, y las empresas venezolanas en los Estados Unidos harían lo propio; la cosa es que mientras los Estados Unidos tenían un buen número de empresas en territorio nacional, sobran los dedos de una mano para contar las empresas venezolanas en ese país. La demanda fue negada por el nuevo Tribunal Supremo instalado por Chávez y, los demandantes, fueron premiados con un puesto en la ONU (Fermín Toro Jiménez), y como defensor del Estado venezolano ante tribunales internacionales (Luis Britto García). En algún lugar, en algún momento, alguien sacará a la luz un pequeño libro firmado por ambos litigantes quebrados en su conciencia por su conveniencia, y cuya edición fue pagada con su breve sueldo de empleado universitario por el Comandante Guerrillero Francisco Prada Barazarte, conformado por mi persona e impreso en Maracaibo por nuestros eternos compañeros de lucha, los hermanos Barboza. Su título: “Las Cadenas Jurídicas de la Globalización”. Digo esto porque, a pesar de haber cuidado personalmente su edición y distribución junto al FlacoPrada, no poseo ni siquiera un ejemplar del mismo.