Hace algunos días me entere que mientras nosotras y nosotros nos mamamos esta crisis comiendo lentejas en todas sus versiones, en las altas esferas del feminismo institucional se celebran bodas de 3 días en el Caribe (no es que me sorprendan este tipo de desmadres dentro de los altos mandos del gobierno y de las y los que chupan de sus mieles) simplemente, me genera tanto escosor cada vez que me entero de una de las nuevas "hazañas" de aquellas y aquellos que dirigen la "Revolución", y después se lavan la cara para hablarnos del imperialismo y lo terrible de la guerra económica. Pero, si nos atrevemos a decir algo somos catalogadas de opositoras y proyankees o feministas radicales (ni opositora y menos que menos proyankee, pero si me asumo feminista radical en todos los ámbitos de mi vida y trato de que mi práctica vaya acorde a mis principios).

Para ser feminista pop solo basta colocar un cartel en face que diga "ser bonita es la que lucha" -y Argelia se retuerce bajo la tierra de su sepulcro- y tener muchísimos likes, eso no puede faltar en la generación de influencers, mientras en medio de la tormentosa crisis que vivimos, las mujeres somos -como siempre las más jodidas-. Les dejo algunos puntos a destacar de la situación de las mujeres en el país: Hay mayores números de desnutrición en mujeres y población infantil; los índices de mortalidad materna y mortalidad infantil están por las nubes y el MPPS no saca cifras; nadie habla de la prostitución en las fronteras, en el arco minero, en el extranjero y a la vuelta de la esquina; vemos como no se consiguen anticonceptivos y se han acrecentado los índices de embarazo a temprana edad; además de que no nos permiten abortar; las cargas para nuestras mujeres se acrecentó en todos los ámbitos de su vida y ni hablar en el interior del país o de la situación de las mujeres indígenas. En la calle vemos rostros de mujeres cansadas, agotadas, caminando en busca de comida y medicamentos para sus familias, hurgando entre la basura, lamiendo cascaras de huevo, pidiendo lo que sea para sobrevivir. ¿Es culpa de la guerra económica? entonces, si es así ¿por qué somos nosotras y nosotros los que tenemos que cargar con todo el peso de la crisis? ¿Por qué dentro de las esferas del gobierno no hay ningún tipo de reparo cuando de lujos y placeres se trata? Supongo que se dirá "el pueblo no tiene que comer" "que coman lentejas" total tienen full proteínas. Y después se nos exige que salgamos languidecidas como aquellas pobladoras de Luvina a respaldar la revolución ¿Cuál? Si fueron esos los que mataron la revolución hace tiempo, ciertamente, dentro del pueblo queda la esperanza, bien nos enseñó el cristianismo que “la esperanza es lo último que se pierde” y con esa frase nos disparan a matar en las zonas populares, el pobre, las pobres, los pobres “a defender la revolución” y también la gallina de los huevos de oro de quiénes se engordan con queso azul y mucho whiskey. Hay diferencia entre esa burguesía de la que tanto nos hablan como si fuera el coco y entre las y los que hoy se adueñaron de la revolución (las y los boliburgueses, categoría acuñada por el pueblo). Como fiel amante de las distopías, cada día estoy más segura que vivo dentro de una, nos encontramos en una disyuntiva, por un lado un gobierno que nos mata de hambre y por el otro, el acecho de una intervención gringa ¿qué hacer? es la pregunta millón de todas y todos los venezolanos. Yo solo tengo el poder de mi palabra y la expreso aunque sea por esta vía, que el lenguaje no muera y que la expresión ante las injusticias, ante la profunda arrechera, ante tanta decepción se haga eco por lo menos entre este mar de redes sociales.

http://www.venezuelaaldia.com/2018/...