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Vivimos en un mundo controlado, vigilado y supervisado, desde cualquier parte del planeta, donde la libertad, es solamente una palabra, donde la democracia tanto en los países capitalistas, como los llamados socialistas es simple retórica y donde la justicia social solamente aparece como letra muerta en las constituciones.
El planeta es un espacio panóptico, para evitar la rebelión de los pueblos, la rebelión de los saberes y la rebelión contra las "verdades" impuestas, que hunden en la desinformación a los ciudadanos, para seguir controlando la conducta y sobre todo el pensamiento de la gente.
Un mundo globalizado, que nos convierte en objetos, mercancías y cosas, que nos hace perder nuestra condición humana, nuestra propia convivencialidad, nuestra identidad como pueblo y las esperanzas que como naciones aspiramos, en aras de alcanzar el bien común, el respeto a nuestra condición humana y la búsqueda de la perfectibilidad de la sociedad en que vivimos.
Hoy los países llamados socialistas, que se presentaron como alternativa frente al capitalismo, han construido un hibrido, en ese mismo mundo de la globalización, bajo ropajes y discursos mal llamados revolucionarios, escondiendose en una retórica hueca y vacia, llena de falacias, producto de la miseria humana de una clase política y económica que a nombre del socialismo se enriquecen y saquean las Repúblicas además de entregar los recursos de los pueblos al imperio del capital, con tal de que los mantengan en el poder.
Esa es la triste historia que ha vivido la humanidad, hoy más que nunca toma vigencia nuestro maestro Simón Rodriguez, cuando planteaba que no copiáramos modelos extranjeros, que había que inventar, no importa que falláramos, pero en esa lucha de construir nuestro propio camino, era necesario construir un país con características propias y que se pareciera a lo que nosotros somos latinoamericanos..."INVENTAMOS O ERRAMOS" Hacia la construcción en colectivo de un TERCER CAMINO.