1 | 2
1 | 2
1 | 2
Hace un año exacto que no escribía en esta columna, por la sencilla razón que hace un año me tocó trabajar como nunca en mi vida, más que cuando era universitaria y trabajaba a la vez. La razón fue que ese año la cesta básica subió al 43,39 al 50% como fue reseñado por varios medios de comunicación tanto de derecha como de izquierda. Todos estos medios especificaron que el 2017 una familia venezolana necesito de 50 salarios mínimos para completar una cesta básica. Por ende tuve que hacer jornadas laborales a partir de las 3am hasta las 8pm solo para traer comida a mi casa para alimentar a mi madre, mi hijo y yo, porque no pude ni comprar zapatos, ni ropa, nada en navidad. Entre las circunstancias que se vienen avecinando en mi país hace ya cuatro años de presidencia de Nicolás Maduro y que claro que A pesar del duelo seguimos pa´lante estas circunstancias han hecho que lxs venezolanxs salgan de su país como opción para no ahogarse en esta balsa.
Estas circunstancias han abierto varias aristas de análisis frente a la opinión mundial pero sobretodo sobre los hechos históricos que vivimos los venezolanos y nuestra visión de las causas y consecuencias del desplazamiento de los venezolanos en Latinoamérica y el mundo:
¿Refugiados o migrantes? Lo mediático y las transmedia
Todxs sabemos que en los primeros meses de este año rodó una noticia falsa por las redes sociales donde se señalaba que El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) había declaro a los venezolanos como refugiados. A mitad de marzo el representante de Acnur en Venezuela Roberto Meier, tuvo que declarar que por ninguna circunstancia la migración de venezolanos es una condición de refugiado y que Acnur no lo había declarado.
Sin embargo, señaló que los venezolanos están siendo atacados por la xenofobia y discriminación en otras naciones. Estas declaraciones son ¿ciertas o mentira? Son ciertas, pues los inmigrantes venezolanos como todo inmigrantes en el mundo están siendo atacado desde comentarios: ¿cuál su nacionalidad? o afirmaciones como todos los meseros son venezolanos (sin ofender este oficio) como si lxs venezolanxs no fuéramos maestrxs, profesionales, pero estas percepciones se deben a una buena parte a la manipulación de los medios de comunicación sobre las masas sociales aprovechándose para apostar a lo mediático y sin duda alguna a una gran avanzada de la derecha en Latinoamérica y sobre todo de los ojos de los EEUU sobre Venezuela. Conocemos que en febrero de este año los Estados Unidos abogó por dar ayuda tanto técnica y humanitaria a Colombia y Brasil para atender a los inmigrantes venezolanos, este maniqueísmo e hipocresía de este país frente a los refugiados sirios me hace preguntar ¿no existirá intereses muy convenientes para este país?
En la actualidad podemos ver en cualquier calle de Latinoamérica a mis compatriotas sobre todo con la gorrita tricolor (que la oposición puso de moda) o con la chaqueta tricolor vendiendo helados, arepas, obleas, entre otras. En un principio me sentí afligida porque yo soy hija de madre de inmigrantes y he sentido muy de cerca la xenofobia y la discriminación en tierras lejanas, no olvido la vez que iba en la calle con mi madre y ella reclamó por un coleado en la fila y le dijeron, aquí en Venezuela: ¡Maldita narcotraficante colombiana, vete a tu país! segundos después mi hermano y yo le íbamos a caer a coñazo a quien lo dijo.
Saber ahora que los venezolanos estamos viviendo esto fuera del país, me hace sentirme frustrada como si la historia nos estuviera pasando factura.