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Ya han pasado dos meses desde que indígenas jivis de la comunidad Limón de Parhueña, ubicada en el eje carretero norte del Estado Amazonas, interpusieran una denuncia por atropellos cometidos por efectivos militares ante la Fiscalía Superior del Estado Amazonas.
Alegan que los uniformados se instalaron en el territorio de la comunidad desde noviembre de 2018 y sin que hasta la fecha se haya dado un pronunciamiento satisfactorio del Ministerio Publico sobre esta invasión.
Según el escrito de la denuncia al que tuvo acceso el equipo de Kape Kape, el 17 de noviembre un contingente de 200 efectivos militares, comandados por el Ttcnel. Eulice Gomez Viña, se instaló sin autorización de los indígenas en territorio de la comunidad Limón de Parhueña.
Ese mismo día, en horas de la noche, a uno de los funcionarios se le disparó su arma (tipo fusil) en el interior de una vivienda y casi hirió a una niña indígena de 12 años.
Señala el escrito de los denunciantes que los efectivos militares trataron de ingresar de manera arbitraria a la vivienda del capitán de la comunidad por lo que se vieron obligados a hacer uso de sus armas tradicionales (arcos, flechas y lanzas) para impedir que se consumara el atropello.
Consideran que inoperancia de las autoridades ante este tipo de atropellos contribuye a que se sigan cometiendo.
En Amazonas se ha tratado de imponer la “costumbre” de que a los territorios indígenas ingresen personas extrañas a la comunidad, sean fuerzas militares venezolanas o grupos armados irregulares, atentando contra la seguridad y tranquilidad de las comunidades y violando principios legales como la consulta previa e informada.
En algunos casos esto trae además violación de otros derechos como al del territorio, espacio amplio en el cual los habitantes desarrollan actividades como la siembra de conuco, la caza y la pesca.